El Unicaja viaja esta misma mañana en un vuelo chárter a la gélida ciudad de Kaunas, de la que le separa algo más de 3.500 kilómetros. Un viaje de algo más de cuatro horas que cuenta con la facilidad del avión privado, que agiliza la ida y, especialmente, la vuelta, justo tras el partido y con dirección a Barcelona, donde el Unicaja juega ante el Barça el domingo.

Ha tenido suerte el equipo malagueño, ya que hoy y mañana está previsto que luzca el sol, con una temperatura que estará siempre en negativo, pero con valores «agradables», de entre -1 y -4ºC. Mucho frío, sí, pero no hay que olvidar que en otros viajes del equipo malagueño hasta la ciudad báltica el mercurio ha llegado a marcar 16 grados bajo cero. Una temperatura infernal.

El frío que espera al Unicaja en las calles de Kaunas contrasta con el calor que se vivirá dentro de su precioso pabellón. El Zalgirio Arena es una mole extraordinaria con capacidad para 15.500 espectadores que mañana se llenará para ver al equipo malagueño y para rendir tributo a Joan Plaza, que entrenó al Zalgiris hace cinco temporadas, justo antes de venir a Málaga a dirigir al Unicaja.

Lituania es un país de baloncesto. Allí el básket es cultura y religión. Y los aficionados llegan muy pronto al Zalgirio Arena, donde hay tiendas, cafeterías, restaurantes y todo tipo de distracciones para pasar un buen rato antes y después del encuentro.

Según informan desde Kaunas, anoche sólo faltaban por venderse alrededor de 500 localidades para presenciar el partido. El Zalgiris está jugando a un gran nivel y ocupa una muy meritoria sexta posición, con un balance de 10 triunfos y seis derrotas. Los malagueños son décimos con un registro de 7-9. Aquí en Málaga ganó el Zalgiris sobre la bocina y en la prórroga. Así que será bonito ver a un Unicaja que ha mejorado mucho desde entonces.

Se prepara, según se informa desde la ciudad báltica, que habrá un gran recibimiento a Joan Plaza. El entrenador dejó huella en su único año allí, en el que hubo graves problemas económicos.