Hace poco Ana me envió un artículo desolador. El periodista que lo escribió hablaba de la final de la ACB del año 97 disputada en el Palacio de los Deportes de la capital entre el Madrid de Obradovic y el Barcelona de Aíto, donde jugaba Roberto Dueñas, que decantó el título hacia el lado blaugrana eclipsando a figuras como Bodiroga o Djordjevic. Aquel día vieron el partido en el Palacio doce mil aficionados, que ya me parece un entradón. Pero lo mejor, la cifra de récord, es que lo vimos desde casa por televisión cerca de cinco millones de españoles. ¡Increíble!

Ahora, que hemos avanzado enormemente porque la plataforma que tiene los derechos del baloncesto ACB trata con infinito cariño nuestro deporte y tenemos la posibilidad de ver todos los partidos de cada jornada, las audiencias semanales no superan los ciento veinte mil espectadores. Hay partidos que solo ven cinco mil personas. Cifras que dan miedo.

En mi trabajo tengo contacto con niños y niñas que hacen baloncesto, que disfrutan de este deporte y lo usan como vehículo en su formación además de divertirse y disfrutar. Si a ellos les preguntas por los jugadores de moda te hablan de Curry o Lebron, de Durant o Harden. Si quieres saber de qué equipo son te dirán de los Warriors o los Cavs. Te saben decir sin pensar el quinteto inicial de estos equipos. ¿De la ACB? De nuestra Liga ni papa. Saben de Doncic que es quien les llama la atención. Y todos dicen igual, que la temporada que viene jugará allí.

La Euroleague también ha eclipsado nuestra competición doméstica. Su interés es mayor lógicamente porque hay mejores equipos. No podemos olvidar el papel que en esta competición continental están haciendo los equipos españoles. Sólo el Real Madrid está clasificado entre los ocho primeros que disputarán los play offs. Unicaja y Baskonia están a dos victorias. Barça y Valencia, aún más lejos.

Hay polémicas todos los años con los ascensos y descensos. No hay mucha valentía para poner a jugar a los jóvenes talentos, pero tampoco ves muchos en LEB donde puedan acabar de formarse antes del gran salto a la élite. Ver a españoles como los jugadores referentes de sus equipos es muy difícil o imposible. Bueno, a veces es difícil ver a jugadores españoles en la cancha. Todo nuestro talento emigra a Estados Unidos. Es más, los jóvenes talentos también se marchan a las universidades americanas porque allí pueden jugar y formarse , algo que aquí es muy complicado.

Como veis el panorama es un poquito negro. Nuestra Liga pierde en calidad, interés, audiencias... Sólo la salva la Copa del Rey que, por su formato, es una competición muy divertida y seguida. Y por supuesto todos rezando para que a la final de liga lleguen Madrid y Barcelona, algo que parece más difícil cada vez y que tampoco salva la competición porque el potencial de estos equipos no es el que era hace años.

Pues ahora encima se rompe la negociación entre la ACB y la asociación de jugadores, la ABP, que tienen que renovar el convenio entre patronal y sindicato. No es que estén acercando posturas, es que las posturas están bien lejos. Y es que eliminar el fondo social con el que se financia, por ejemplo, el asesoramiento jurídico a los jugadores en caso de necesitarlo, o crear una LEB sub 23 haciendo así que se convierta en una competición no profesional buscando sin duda que la ACB sea una Liga cerrada, pues no es el mejor camino para trabajar juntos por un objetivo en común. Si encima jugadores (y entrenadores también) nunca están presentes en la mesa de negociaciones de las decisiones importantes que atañen al baloncesto, pues ahí tienes el resultado, que no es otro que la ruptura entre ambas asociaciones.

De estas cosas no entiendo mucho. Pero mi sentido común, que tampoco es tanto, me dice que en el momento tan delicado que vive nuestro deporte lo mejor es unir fuerzas y empujar todos hacia el mismo lado con el objetivo de salvar nuestro baloncesto, de hacerlo más fuerte y competitivo para enganchar no solo a aficionados, sino también a patrocinadores que puedan ayudar a crecer la competición y hacerla más potente e interesante. Mirando cada uno para su culo así nos va.