Los jugadores (un base y un pívot) que militaron en las filas del CB Murcia a principio de la década de los 90 permanecen aún en lo más alto de los registros históricos de la Liga ACB. Su vigencia y longevidad residen en que ambas plusmarcas tienen carácter excepcional y parecen situarse al alcance de muy pocos competidores. Recién llegados a la máxima competición y bajo las órdenes del entrenador tinerfeño Felipe Coello, el CB Murcia, con su camiseta roja y luciendo el patrocinio de Zumos Júver, construyó un proyecto que luchaba por mantenerse en la élite del baloncesto patrio. Y entre los jugadores que estuvieron estos primeros años estaban nuestros protagonistas de hoy: Quique «Diminuto» Azcón y Clarence «Carpanta» Kea.

Quique Azcón ostenta el récord de ser el jugador más bajo (1,67 metros) que ha jugado en la ACB. Eléctrico, buen defensor y todo corazón, el base de la cantera del Joventut disputó la mayor parte de su larga carrera en 1ª División B, pero tuvo el privilegio de conseguir el ansiado ascenso con el conjunto murciano. Azcón asumía el rol de base suplente, casi siempre encargado de romper el ritmo del partido y gracias a sus buena piernas, poner en dificultad el movimiento ofensivo del rival.

En su primera visita a Ciudad Jardín, Azcón tuvo la misión de atosigar al cerebral base cajista Fede Ramiro.

Afortunadamente para el Caja de Ronda, Ramiro consiguió zafarse de su pequeño defensor en la última jugada y así anotar un decisivo triple final que dejó la victoria en casa. Hablando de jugadores bajitos, la afición malagueña vio jugar a Azcón como también lo hizo unos años atrás Tyrone Bogues, quien con su 1,59 metros es el jugador más bajo que jamás haya disputado la NBA, liderando al combinado USA que se llevaría la medalla de oro en el Mundobasket 86.

Al año siguiente, el CB Murcia se fijó en Clarence Kea para dar un impulso a su juego interior. Contar con el fornido pívot americano suponía incorporar a un fichaje de campanillas, muy bien dotado para capturar rebotes. Kea tenía una amplia y exitosa carrera en Europa, tras conquistar la Copa de Europa con la Virtus de Roma y varios títulos enrolado en las filas del Limoges francés.

Clarence no era especialmente alto para competir ante las torres contrarias (no llegaba siquiera a los 2,00 metros), pero tenía un sexto sentido en la misión de rebotear. No contaba con la una capacidad atlética imparable, aunque sí lo podemos considerar como el más inteligente, hábil y fuerte a la hora de impedir que Sabonis, Corny Thompson o Lavodrama se llevaran el balón. Clarence utilizaba su corpachón (las malas lenguas cuentan que era un experto en apoyarse cuidadosamente en el hombro de sus rivales para impedirles el salto) haciendo que nadie estuviera cómodo en las proximidades del aro murciano.

«Carpanta» Kea consiguió su asombroso récord de 29 rebotes en el partido que les enfrentó al DYC Breogán de Lugo y que venció el conjunto pimentonero. La inconmensurable actuación de Kea, quien sumó la friolera de 11 rebotes bajo el aro lucense, se completó con 18 puntos. Quizás la motivación por la promesa de su entrenador (un par de días extras de vacaciones navideñas) contribuyó a la dimensión de su brutal exhibición en ambas canastas.

Quique, por su altura, y Clarence, por sus rebotes, siguen dominando los hitos históricos del basket ACB. Azcón y Kea, mitos para la parroquia murciana y referente para eruditos y aficionados a las estadísticas del baloncesto nacional.

@OrientaGaona