El dedo índice de la mano de los jugadores del Unicaja comienza a temblar el martes por la tarde cuando, en el chat del grupo de whatsapp del equipo, se avisa a la hora a la que hay que llegar al Martín Carpena, con al menos 20 minutos de antelación antes de arrancar el entrenamiento, para someterse a la «tiranía» de la báscula. Y es que, cada miércoles, pase lo que pase -salvo si hay jornada doble de la Euroliga y viaje-, la plantilla tiene una cita con el nutricionista del equipo, Paco Jaime. El fuengiroleño lleva ya varias temporadas, desde 2014, siendo el hombre de confianza del club para cuestiones alimentarias, un factor que cada día se tiene más en cuenta incluso en la prevención de lesiones. Y el miércoles por la mañana toca pesarse.

Como profesionales que son, los jugadores tienen la obligación de cuidarse muy bien y seguir unas indicaciones alimentarias adecuadas, marcadas por Jaime. Alimentarse bien es clave para ofrecer luego el máximo rendimiento deportivo. Los jugadores verdes lo saben muy bien. Cada uno tiene una dieta individualizada. Va, por su puesto, más allá del típico arroz, pollo, pasta y fruta. Se puede comer un poco de todo, pero con moderación. Y, en el día de descanso, incluso es aconsejable, más por un tema mental, que vayan más allá de las proteínas o los hidratos de carbono. Sin pasarse...

Pero, cuando llega el miércoles, cada jugador ha de dar en la báscula el peso que se le exige. Hoy es el día, precisamente. Y no sólo tienen que medir los kilogramos de peso. Tras realizar estudios personalizados en sintonía con los servicios médicos y el preparador físico, Diego Vázquez, a los jugadores también se le realiza una medición de los pliegues de grasas, y otro tipo de exámenes.

Todo se ha profesionalizado al máximo en el deporte de elite. Y la alimentación es clave. Hay una dieta específica para cada jugador. En los días se partidos está prohibido comer determinados alimentos ricos en fibra o ingerir verduras, y todo se limita a la pasta y el pollo o el pescado al horno. Y antes de ir la cama, mejor proteínas, para recuperar durante el descanso nocturno. Y, justo tras los partidos, batidos preparados para cada jugador con polvos recuperadores ricos en hidratos de carbono y aminoácidos. Un gran cuidado que se mide, cada semana, cada miércoles. Hoy toca pasar por la báscula. Y, mucho cuidado con no pasarse. Porque hay multa en caso de que la dictadura de la báscula no «apruebe» al jugador.