La Copa del Rey ya es pasado para el Unicaja. El equipo malagueño compitió y tuteó al Real Madrid, pero acabó perdiendo por 89-84 en un final apretado. El Unicaja vuelve a irse de la Copa a las primeras de cambio. Ya sucedió en la Copa de Vitoria 2017, donde fue el FC Barcelona el que le eliminó en cuartos. Un año antes, en La Coruña, el equipo ni siguiera llegó a clasificarse. Y en 2015, de nuevo en Las Palmas, sí que se llegó a las semifinales, donde el Barça volvió a dejar fuera de combate a los verdes. Ha sido la única victoria de Copa del Rey de Joan Plaza.

Precisamente, la mala gestión final de partido vuelve a salpicar al técnico. El Unicaja planteó muy bien el encuentro y tuvo la machada en su mano, gracias a la buena labor de Plaza y de toda su plantilla. Pero con 70-77 y menos de cinco minutos por disputarse, el Unicaja volvió a entrar en barrena. Como le ha sucedido una y otra vez en este curso. No sabe gestionar ni Plaza ni su Unicaja los finales apretados. Y esto, al máximo nivel, se paga con dureza.

Fue curioso ayer oír a Javier Imbroda, en el inicio de su clínic en Las Palmas, hablar de una jugada que pasó inadvertida pero que, al igual que las dos faltas no señaladas en la recta final de Tavares a Suárez y de Campazzo a Nedovic, resultó clave. El Unicaja, tras tiempo muerto, y sólo 8 segundos de posesión, se «comió» la bola. «¿Cuántos entrenadores había en ese banquillo para no percatarse?», se preguntó el exentrenador del Unicaja.

La Copa señala a Nemanja Nedovic. Un jugador desequilibrante, sobre el que el Unicaja designó su proyecto, y que es realmente sensacional. Sin embargo, se echa de menos su aportación en las grandes ocasiones. No sin razón, algunos se preguntaban, dónde estaba en los minutos clave de la final de la Eurocup (sentado en el banquillo) o en los cuartos de final de la Copa de Vitoria ante el FC Barcelona. Lo cierto es que «Nedo», cuya capacidad y liderazgo están fuera de toda duda, firmó un mal partido ante el Madrid. Cometió siete pérdidas de balón y su ausencia durante el tercer cuarto, debido a las faltas, incluso le vino bien al equipo. Que fue eso, más equipo. Gracias, evidentemente, a la exhibición en los dos aros de Carlos Suárez y a los puntos de Adam Waczynski.

El polaco, que es otro que habitualmente nunca brilla en las grandes citas, está a otro nivel. Fue realmente importante en el equipo, anotó 5/5 en triples (récord histórico en la Copa) y se le ve mejor y más implicado. Es cierto que cometió dos pérdidas en los momentos calientes y que se dejó ganar la tostada por Rudy Fernández, que le ganó un rebote en ataque que costó dos puntos, por lo que Plaza decidió darle descanso.

El más señalado de esta Copa es Dragan Milosavljevic. El alero serbio ni siquiera salió a pista, no llegó ni a debutar en la Copa. Vio todo el partido desde el banquillo. Plaza decidió apostar por sólo 10 jugadores y, además de Viny Okouo. Lo cierto es que su aportación está muy lejos de lo esperado. Milosavljevic no está cumpliendo con las expectativas y se echa de menos mucha mayor aportación en el equipo. Ante el Real Madrid ni siquiera llegó a jugar.