Alen Omic (6 de mayo de 1992, Tuzla -Bosnia-Herzegovina-) vuelve a medirse al Unicaja, a su «familia», como él califica al equipo en el que volvió a disfrutar del baloncesto este pasado curso. No tuvo suerte en el Hapoel y, tras ofrecerse al Unicaja, encontró equipo en el Estrella Roja, el líder de la Liga Adriática y rival mañana del Unicaja en una nueva jornada de Euroliga. Omic, que añora Málaga y todo lo que vivió aquí, promedia ahora 16:58 minutos con 7,5 puntos (70,6% en tiros de dos), 2,8 rebotes y 10,5 de valoración en Euroliga. Sus gritos de «Aquiles» y su «Uuuuuuhhhh» a lo Cristiano Ronaldo aún resuenan en el Carpena. Y se añoran.

¿Qué tal por Belgrado?

Muy bien, muy contento aquí. Disfrutando otra vez del baloncesto. Belgrado es una ciudad que vive apasionadamente por el baloncesto. Es una gran ciudad, con dos o tres millones de habitantes. Estoy en un club muy profesional, con una gran estructura, compañeros estupendos. Todo me va muy bien ya. Disfruto de esta gran afición. No sabes qué energía te pueden dar cuando estás en la cancha y ves a más de 6.000 personas gritando, como locos, apoyándote, animando y dándolo todo. Te empujan a jugar mejor, a dar lo máximo de ti. La gente aquí ama el baloncesto. Hay una gran cultura de basket, yo creo que es ya el primer deporte del país.

¿Diferente a los fans del Unicaja?

Es diferente, porque aquí la gente vive por el baloncesto. Todo el mundo vive con una pasión absoluta. Son 7.000 ó 8.000 personas los que vienen cada noche a dar lo mejor de ellos. Y ya no te cuento cuando hemos jugado los derbis contra el Partizán. La ciudad vive para ese partido. Todo el mundo está loco por el baloncesto.

Pues por aquí hay gente que le echa de menos...

Yo también les echo de menos. Viví un tiempo increíble con ellos, me dieron todo su cariño. Hicimos una gran Eurocup y logramos un título. Málaga siempre será para mí un sitio muy especial.

Acabó la temporada y fichó rápido por el Hapoel Jerusalén.

Como sabes, yo no podía decidir mi futuro porque tenía un contrato con el Efes. Porque yo tenía allí otro año más de contrato. Mi idea y mi prioridad eran tratar de seguir en Málaga. Aquí fui muy feliz, tío. Málaga es una ciudad muy especial para mí. Fue un año increíble lo que viví, con mi hermano Nedovic, con mi gran familia de Málaga. Pero el Efes me dijo que para salir de allí debía hacerlo a un club de Eurocup. Ellos no querían que yo fuese a jugar la Euroliga, supongo que para evitar jugar contra el Efes. Así que a partir de ahí no tuve otra opción. Salió el tema del Hapoel, un buen club, con una buena estructura y ambición por competir en la Eurocup. Y a finales de julio llegamos al acuerdo para jugar allí.

¿El Unicaja llegó a ofrecerle renovar su contrato, tratar de seguir en Málaga?

Supongo que hablaron con mis agentes pero no pudo ser, yo pertenecía al Efes y ellos no querían que yo jugara en la Euroliga.

¿Disfrutó de su etapa en Málaga tanto como los aficionados lo hicieron con usted?

Sí... Muchísimo. No sabes cómo. Disfruté al cien por cien, cada día, en cada partido.

¿Qué es lo que más echa de menos de Málaga?

El tiempo veraniego, tomarme un café en la playa, la amabilidad de la gente de Málaga...

¿Le hubiera gustado seguir en el Unicaja?

Yo creo que algún día volveré a Málaga. Seguro que iré de nuevo de vacaciones (risas).

Usted mantuvo un relación especial con los aficionados de Málaga?

Los llevaré siempre en el corazón. Es una afición sensacional. Es increíble cómo nos apoyaba en el Martín Carpena. Desde el primer día conectamos. Era increíble cómo nos apoyaban, cómo festejaban las canastas de Nedovic, los triunfos en la Eurocup con Valencia, ante el Real Madrid... Lo recuerdo como algo muy feliz, se creaba una gran atmósfera.

¿Hubo alguna opción de regresar al Unicaja cuando iba a salir de Jerusalén?

Es cierto que hablamos con los compañeros, pero nadie del Unicaja me llamó, nadie me ofreció volver, no hubo un contrato para firmarlo y volver a jugar allí. Supongo que ellos tienen hecho ya su equipo. Hay dos pívots grandes de un gran nivel y tienen buen equipo. Esto es baloncesto, es lo que hay, no hay problemas. Me hubiese gustado volver a Málaga pero nadie me ofreció esa opción.

¿Le gusta el Unicaja de esta temporada?

Sí, claro. Hay un gran equipo. El Unicaja tiene una plantilla muy equilibrada y están jugando un gran baloncesto. Me gusta cómo está el equipo hecho.

¿Le gusta más este Unicaja o en el que usted jugó la pasada temporada?

(Risas). El mío, claro. Qué te puedo decir: éramos una gran familia. Esos tíos eran como mis hermanos. El ambiente en el vestuario era increíble. Creamos algo muy bonito, difícil de igualar.

¿Tiene contacto con algún jugador de la plantilla?

Claro... Hablo casi todos los días con «Nedo». Es como mi hermano. Pero nunca hablamos de baloncesto. Jamás. Hablamos de nosotros, de nuestras cosas: de coches, de perros..

Supongo que será especial jugar contra el Unicaja.

Sí, claro. Tengo grandes amigos. Viví cosas que no olvidaré.

¿Qué espera del partido de mañana?¿Cuál es su opinión?

Te diré una cosa: Málaga tiene un gran equipo. Puede pasar cualquier cosa. Yo quiero que el Unicaja gane siempre menos este partido. Para nosotros es importante ganar. Hemos perdido con el Brose y con el Baskonia recientemente, y tenemos que volver a ganar. Y sobre todo en nuestra pista.

Están sufriendo en la Euroliga pero son los líderes en la Liga Adriática.

Son competiciones diferentes. Estamos primeros en la Liga Adriática, hay equipos diferentes, pero no es fácil ser primero, por su puesto.

¿Cree que puede el Unicaja jugar el Top 8?

Claro... ¿Por qué no? Están jugando muy bien, haciendo un gran baloncesto. Tienen un gran equipo. Y le acaban de ganar al Maccabi ¿Cómo están con el Maccabi en la clasificación?

A dos victorias.

Tienen que ganar cinco o seis partidos de los siete que quedan. Es difícil, lo sabemos. Pero puede pasar. Esto es baloncesto.