No hay más cera que la que arde. El Unicaja no estará en el Top 8 de la Euroliga. Faltan aún seis jornadas para que la Fase Regular de la Euroliga eche el cierre y los ocho mejores se despellejen vivos por las cuatro plazas de la Final Four. Y el Unicaja no podrá vivir esa lucha. No hay que reprocharle demasiado al equipo. Especialmente en esta última etapa, desde mediados de diciembre a ahora. Claro que nos acordamos de aquella derrota ante el Brose Bamberg en el Carpena o de la canasta de Ulanovas para que el Zalgiris nos dejara con cara de tontos a todos. Pero, en general, el Unicaja ha competido casi siempre (dejemos a un lado lo de Valencia y Madrid), ha peleado de tú a tú con equipos mejores, con mayor presupuesto, con más rotación, con más talento, con más físico... Con más casi de todo.

No está el Unicaja, visto lo visto en Belgrado, para pujar por el Top 8. Le faltan cosas. Algunas se compran con dinero. Otras, no. Sí que es doloroso la forma de decir prematuramente adiós (al menos, de forma virtual) a las opciones reales por estar en los play off. Dio la sensación de que el Unicaja no lo peleó de verdad, no lo sintió, no lo creyó nunca. No estuvo a la altura de un equipo que quiere ser del Top 8, que quiere estar entre los 8 mejores de esta «SuperEuroliga», de este formato increíble, sólo con los 16 mejores del Viejo Continente. Y cayó el equipo malagueño, víctima de una falta de hambre en Belgrado que le pasó factura, que fue llamativa y alarmante en muchas fases del encuentro.

El Unicaja sólo fue reconocible cuando el Estrella Roja se puso con 10 puntos arriba (62-52). Sólo así, sin nada que perder, se fue a tumba abierta a por la victoria, a por un partido en el que nunca se le vio cómodo. Se olvidó de su nefasto 3/18 desde la línea de tres, de sus pérdidas de balón y de su falta de testosterona. Y pudo meterse en la lucha del partido, con 74-70 a 1:19 del final. Pero Sasu Salin no acertó con el triple y Bjelica sentenció para un Estrella Roja en el que Taylor Rochestie (21 puntos) llevó siempre el timón del partido y minimizó a los dos bases malagueños. Qué importante es jugar con un base, con un tío que entienda el juego, que lo lea, que sepa tirar y que te resuelva los problemas en los momentos complicados. Aunque, como su caso, no defienda un pimiento...

De nada le sirvió al Unicaja su superioridad en el rebote (23-38) ni el resurgir final de Waczynski ni los buenos minutos de Milosavljevic (en el banco más tiempo de la cuenta) porque al equipo le volvió a faltar carácter, una referencia, ideas más claras, una pizarra que funcionase. No es cuestión de echar de menos a Nemanja Nedovic (baja definitiva por lesión) ni el «medio» partido de Gio Shermadini (sólo 9:09 minutos por sus problemas en el pie). El Unicaja tiene mejor equipo y más recursos que el Estrella Roja. Y no los aprovechó. Los serbios defendieron al límite y no necesitaron ni siquiera una Sala Pionir ardiente para derrotar a los cajistas. Por estar fastidiados, no podemos ni echarle la culpa hoy a los árbitros. Pocas veces se encontrará el Unicaja un arbitraje tan correcto en el Pionir.

La derrota es muy dura para el Unicaja, porque ya no tiene un solo rival por el Top 8, sino a dos. El Maccabi está a dos triunfos y el Baskonia ya está también por delante, con una victoria más que los malagueños (y con el average perdido), con un calendario durísimo para los de Joan Plaza (próxima visita al CSKA Moscú). Así que la Euroliga y el sueño del Top 8 comienzan, ahora sí de forma muy real, a marcharse, doblando la esquina a comienzos de marzo. A pesar de quedar aún seis partidos, la sensación que queda es que el Unicaja no está para competir por el Top 8.

Ni ante los transatlánticos que se nos vienen por babor ni contra los rivales de un nivel parejo que se acercan por estribor. Lo de la tarde nos baja a todos los humos. Porque a pesar de coger 15 rebotes más en el partido, el Unicaja luego gestó menos lanzamientos en juego (38 de dos y 27 de tres para el Estrella Roja y 41 de dos y 18 de tres para el Unicaja).

Al Unicaja y a Joan Plaza ya le queda únicamente la Liga Endesa y su reto por superar al Valencia. En la Supercopa cayó a las primeras de cambio. En la Copa, eliminados en cuartos de final. El Top 8 de la Euroliga se queda aparentemente muy lejos ya a seis jornadas del final con dos sobre Maccabi un una, sin average, con Baskonia, viendo cómo viene de duro el calendario. Lo que marcará el rumbo de la temporada y del futuro proyecto es lo que suceda en la ACB.

Las estadísticas del partido entre Estrella Roja y Unicaja, aquí.