El Unicaja ya sabía que sería difícil plantar cara al todopoderoso CSKA de Moscú en su visita a tierras rusas, pero lo que sufrió de primera mano fue todo un partido desigual, un vendaval de baloncesto que no pudo ni supo contenerlo. El equipo moscovita, líder de la Euroliga, pasó por encima de un conjunto verde lastrado por las lesiones y con la cabeza en otros menesteres. Un partido dominado de principio a fin por los locales, que llegaron a tener una renta de +29 y que jugaron siempre a placer.

La diferencia de calidad, de presupuesto y física fueron demasiado grandes. En el Unicaja, lo más llamativo fueron los minutos que jugó Augustine (casi 18). El pívot, que estaba tocado físicamente, jugó mucho para ser también el mejor cajista en pista contra sus ex. En cualquier caso, quedó de manifiesto que el Unicaja no tiene opciones de ser equipo de Top 8, aunque las matemáticas aún lo nieguen.

Pero el partido se resume en un suspiro, lo que tardó el CSKA de Moscú en ponerse por delante y en dejar a los verdes a su estela. El equipo de Plaza por momentos amenazó con presentar batalla y por rebajar la distancia por debajo de los diez puntos. Fue efímero, porque el ritmo y el puntaje siempre corrió a cargo de los rusos, que dominaron cómo y cuándo quisieron.

De salida, Kurbanov, un teórico actor secundario, endosó diez puntos casi seguidos. Era un síntoma de que la tarde iba a ser complicada. Abrió renta el equipo local rápido y sólo la salida a pista de Augustine frenó la debacle. 30-20 al final del primer acto.

En el segundo siguió la sangría. Y de hecho, el CSKA se puso a una máxima de +23 al alcanzar el 50-27. Con Clyburn y Sergio Rodríguez campando a sus anchas, el partido se iba a paliza. Al descanso maquilló Unicaja para cerrarlo con 57-43.

En la reanudación, intercambio de canastas pero con más acierto para los locales. Nedovic vio una técnica que le dejó con cuatro personales. Y sin él, el Unicaja fue menos peligroso, porque seguía defendiendo con la mirada. Partido decidido antes de afrontar el último cuarto (79-61).

El último acto fue un show de Nando de Colo y cierto maquillaje cajista. El francés se gustó anotando uno y otro triple para cerrar el partido con unos números espectaculares (5 de 6 en triples y 23 puntos). Hubo una máxima de +29 (94-65). Y Plaza decidió apostar por Soluade y Viny para dar descanso al resto. La batalla estaba perdida, Unicaja maquilló un poco y cerró el partido con 101 a 76.