Emitía señales peligrosas el Unicaja. Daba a entender que, tumbado el sueño del Top 8 de la Euroliga, el equipo comenzaba a dudar. No ya de sí mismo, sino de la altura de los retos. Que pensaba que el camino era ya demasiado largo. Y ahí, en ese muro del mes de marzo, con tres triunfos en nueve partidos, ya comenzaba a llenar esa mochila de pesadumbre con lesiones, los «tocados», los viajes, los entrenamientos... Ya molestaba hasta la lluvia que nos ha acompañado en las últimas semanas. Por eso, para borrar esas dudas, más mentales que físicas, el equipo necesitaba un estímulo potente. Una gran victoria. Una tremenda alegría.

Y lo hizo anoche, recuperando la facilidad de su juego, el optimismo por un futuro mejor y dejando a un lado el cansancio, las lesiones, ese batiburrillo de extrañas y negativas sensaciones. Esas goteras que empantanaban el ánimo. El triunfo ante el FC Barcelona (95-91) no posee, muy probablemente, ningún valor para la clasificación al Top 8. Ese camino quedó ya obstruido hace un par de semanas en Belgrado. Pero sí que tiene mucho peso por cómo llegó y ante quién fue, y por cómo comparecía el equipo de Plaza al encuentro.

El Unicaja volvió a disfrutar sobre la pista. Es cierto que sufrió de nuevo, que otra vez se dejó atrapar cuando la victoria estaba ya en el bote, pero hubo de nuevo chispa y química, y se recuperaron patrones algo olvidados e incluso oxidados. El Unicaja compitió hasta el último segundo ante un Barça que no es, ni de lejos, el equipo flacucho y escuálido al que asaltó hasta en dos ocasiones en el Palau Blaugrana.

Esta vez el Unicaja no se desfondó, no bajó los brazos, tuvo acierto desde la personal y quiso ganar sí o sí. Como lo hacen los grandes equipos. El baloncesto fue justo y premió a los malagueños, guiados por un extraordinario Dani Díez: 21 puntos, 5 rebotes, 4 asistencias y 27 de valoración. El madrileño convirtió en oro todo lo que tocó. Estuvo sensacional. Y fue la punta de lanza de los verdes, que tuvieron que remar contracorriente en cada uno de los arranques de duelo.

Y es que la salida a pista del FC Barcelona estuvo plena de acierto, en el triple (4/4) y en el rebote. El Unicaja no se enteraba de la película. No sabía por dónde le venían los golpes. Y Joan Plaza tuvo que llevar a su equipo a su rincón, porque el Barça amenazaba con romper el partido desde su nacimiento: 7-19. Hubo también cambio de peones. Augustine, a pesar de su físico delicado, tuvo que entrar por Viny (puso dos gorros). El Unicaja, tras el tiempo muerto, mejoró. Llegaron triples de Waczynski y Alberto Díaz. Y el Barça comenzó a fallar de tres, con errores de Moerman y Ribas. El Unicaja cortó la sangría y se puso a cuatro puntos: 15-19. Waczynski asumió el protagonismo perdido en las últimas semanas, pero los culés seguían mandando al final del primer cuarto (19-25).

McCallum no supo llevar el ritmo que el Unicaja necesitaba y Navarro, un viejo zorro, obligó a Plaza a volver a parar el encuentro: 23-31. El base americano se fue al banco y con Alberto, el Unicaja volvió a encontrar el camino de la normalidad. Salin enchufó de tres, Augustine siguió sufriendo, aportando y dándolo todo por el equipo, y Dani Díez puso a los verdes arriba: 32-31 (min.14). Pesic, con 36-34 abajo, recuperó su cinco inicial (Heurtel-Koponen-Claver-Moerman-Tomic).

Pero el partido ya era otro. Ni el Barça mantuvo ese acierto colosal ni tenía enfrente el mismo «cinco» del Unicaja. Dani Díez y James Augustine hacían fuerte y robusto al Unicaja. Dani, con puntos. Augustine, con trabajo. El Unicaja se iba arriba: 45-39. El espectáculo era maravilloso. El equipo se gustaba. Y la gente disfrutaba. Al descanso, el Unicaja ganaba por 49-46.

Poca renta para un Unicaja que había hecho un baloncesto estupendo en la recta final. Así que el Barça castigó a los verdes tras la salida del tercer cuarto. El excajista Edwin Jackson aprovechó su emparejamiento con Nedovic para anotar dos triples muy liberados. Tomic llegó a su punto 15 para poner el 53-61 (min.25).

Pero de nuevo el Unicaja se metió en el partido. Otro triple de Díez abrió la veda. McCallum al fin dio muestras de vida y Brooks puso el 66-65. Era el partido de Dani, con un dos más uno alcanzó su top anotador en un partido de Euroliga (19 puntos ya). El Unicaja entró en trance y, de ir perdiendo 58-65, se marchó al final del tercer cuarto con 75-68. Un extraordinario parcial de 18-3 que puso a los cajistas en órbita, gracias al astronauta Díez.

El parcial malagueño llegó a ser de 24-3 (82-68), roto con un tiro libre de Oriola a 7:15 del final: 82-69. Fueron minutos de maravilla de un Unicaja desmelenado que puso a bailar al Barça a su antojo. Minutos brillantes que alcanzaron los 15 puntos de renta (84-69) para los verdes. Ese culmen se rebajó después. El Barça se apuntó un parcial de 0-7 que obligó a parar el partido: 84-76. Tras el tiempo muerto, Nedovic pidió la bola y no perdonó de tres. Era aire puro, aunque Edwin Jackson, Koponen y Heurtel no permitían soñar al Carpena: 89-83, a 2:33. Nedovic perdió luego la bola y Moerman anotó a placer: 89-85.

El encuentro, ahora sí, estaba en serio peligro. El Barça permitió tiros y el Unicaja los fallaba. Alberto erró de tres y Tomic puso un más que angustioso 89-86 a 1:33 desde el tiro libre. Augustine falló después un tiro apurado al límite de la posesión y Heurtel perdonó, como antes Tomic, un tiro libre: 89-87, a 1:01. Suárez, que había entrado por Augustine, tiró de tres sin acierto. Brooks cogió el rebote. Y después fue Brooks el que erró de tres y Suárez el encargado de hacerse con el rechace. El rebote en ataque, una de las grandes armas verdes, le dio dos vidas extra. Nedovic fue al tiro libre: 91-87, a 13,7 segundos. Suárez se mostró intratable desde la personal y el Unicaja no perdonó: 95-91.

Había que romper una racha de tres derrotas seguidas en la Euroliga y se hizo. El Top 8 no es un objetivo real. Está ahí, como los hados. Inalcanzables. Lo que sí es real es que hoy hay que montarse en un avión para viajar a Alemania. Y es que este viernes espera el Bamberg de Dejan Musli. Y el domingo, a Sevilla. Ése sí que es un reto tangible y realista.

Las estadísticas del Unicaja-FC Barcelona, en este link.