­Todo empezó mucho antes de aquel 5 de abril que se conmemora este jueves, justo un año después, una de las gestas más impresionantes que ha visto el baloncesto. Ocurrió en Múnich. Un mes antes. Era un 8 de marzo. En Múnich llovía y hacía mucho frío. En el Audio Dome el ambiente era muy caliente. No cabía un alfiler. Pero el Unicaja, en un partido memorable, remontó la eliminatoria, hizo saltar el factor pista y derrotó al equipo bávaro del serbio Sasha Djordjevic por 69-74. Sus compatriotas Nemanja Nedovic (21 puntos, 4 asistencias y 21 de valoración) y Dejan Musli (16 puntos, 4 rebotes, 9 faltas recibidas y 22 de valoración) recordaron toda la magia del baloncesto. Y le hicieron ver al Unicaja que todo era posible. «Podemos ganar la Eurocup», decía «Nedo» a este periódico, recién acabado el partido.

Dicho y hecho. El Lokomotiv Kuban cayó en la semifinal en un contundente 0-2, con un Unicaja desatado, que olvidó sus miedos, todo lo gris de una temporada que no era precisamente redonda. Pero el equipo respondió cuando debía hacerlo. En la final llegó el Valencia. Los malagueños cayeron en La Fonteta en el primer duelo y en el Carpena igualaron la serie. Todo o nada.

Lo recuerda bien Jeff Brooks. «Solo recuerdo todo el duro trabajo que tuvimos que hacer para poder ganar la Eurocup teniendo en cuenta que tuvimos que pelear desde una posición de desventaja sin tener a favor el factor campo. En esa fase creo que nuestro equipo se unió mucho más de lo que ya estábamos. Sabíamos que teníamos cosas que superar si queríamos lograr algo tan grande. Si te fijas cuando lo logramos, en nuestras celebraciones en Valencia, había muchos que estábamos emocionalmente agotados por todo lo que tuvimos que dar durante ese tramo. Simplemente saber que pudimos conseguir algo tan grande y para Málaga es algo que nunca voy a olvidar y que voy a apreciar para siempre». El americano fue uno de los héreos de esa final. Suyo fue el tapón en la última acción valenciana, la que remató la victoria, el inolvidable título.

El capitán Carlos Suárez fue el jugador más envidado por toda Málaga. Suyo fue el honor de levantar la Copa al cielo de Valencia, aunque para él su mayor recuerdo en aquella Eurocup fue llegar al Aeropuerto a las tres de la madrugada y encontrarse a más de mil aficionados esperando al equipo. «Para mí, lo más impresionante fue llegar al seropuerto y ver toda la gente que había esperándonos. Fue un momento muy especial. No lo esperábamos porque al día siguiente había que trabajar y fue increíble ver tanta gente», recuerda.

También Nemanja Nedovic se queda con esa imagen. «Cuando nos han esperado en el aeropuerto, eso fue lo más impactante para mí, el mejor recuerdo que guardo». Y es que fue realmente apasionante encontrar la terminal de llegadas, una madrugada de miércoles a jueves, en un día laborable, repleta hasta la bandera. Una verdadera pasada para todos los que vivieron aquel imborrable momento.

El repaso por los héroes de la Eurocup continúa en un jugador que ya no está, pero que siente en su corazón ese título y a la afición verde, Dejan Musli. El serbio, primero, se muestra agradecido. «Significa mucho para mí que te hayas acordado de mí todavía», explica Musli desde la ciudad alemana de Bamberg, donde se marchó en diciembre. «¡Sí! Ha pasado exactamente un año desde que gané la Eurocup con el Unicaja. Cuando miro al pasado, ¡es el trofeo más grande que he ganado! ¡Quiero ganar una Euroliga! Sin lugar a dudas, la Eurocup 2017 siempre será mi primer gran trofeo como profesional, siempre tendré a Málaga en mi corazón», explicó Musli, que se despidió: «Sólo pido salud y la confianza del entrenador con el que ahora trabajo».

En aquella eliminatoria tuvo su oportunidad Viny Okouo. Musli se había lesionado, precisamente, en las semifinales en Krasnodar. Alen Omic estaba aún entrando en el equipo tras llegar cedido del Anadolu Efes, y el pívot africano aportó minutos de intensidad. «Mi recuerdo de aquella final es el sufrimiento. Sufrimos mucho para llegar allí y cómo lo conseguimos. Sufrimos tanto que nunca jamás lo olvidaré. Fue increíble».

Dani Díez comenzó a crecer con el Unicaja en aquellos play off. Dani estaba en ese quinteto del último cuarto que remontó el partido en La Fonteta. «Me quedo cuando pita el final el árbitro y todos nos abrazamos. Estaban allí mi padre y mi abuelo, y fue un momento muy bonito. Ninguno de los que estuvimos el año pasado podremos olvidarlo nunca».

La emoción se refleja en la cara de cada uno de ellos. Adam Waczynski tampoco puede ocultar que fue uno de los mejores momentos de su carrera deportiva. «Cuando veo las imágenes ahora de aquel momento, cuando sonó la bocina y fuimos campeones, sólo tengo buenas sensaciones, grandes recuerdos, buenos momentos... se me pone la piel de gallina, es increíble. Es uno de los momentos más felices de mi vida».

La felicidad de la intendencia

Ellos, los jugadores, con los que ha hablado La Opinión en estos últimos días para recordar la inolvidable gesta de la Eurocup, son los grandes protagonistas. Pero detrás de los focos están los fisios, el preparador físico y el encargado de material. Ellos están entre bambalinas, pero de ellos es también esta Eurocup, porque su trabajo es clave en todos los aspectos, incluyendo también el psicológico.

Mario Bárbara, uno de los fisioterapeutas del primer equipo, es toda una institución en el club. Sus manos han cuidado a jugadores en los últimos 25 años dentro de la entidad (21 en el primer equipo). «Lo primero que se me viene a la cabeza es la emoción que teníamos los últimos tres minutos en el banquillo viendo que íbamos a conseguir, no sólo un título para el club y la ciudad, sino que era la manera de conseguirlo, superando tres eliminatorias con factor cancha en contra. Casi no nos lo creíamos. Puedo decirte que, junto al de Copa del Rey, ha sido el título más emotivo de los que hemos conseguido. Luego me quedo con las celebraciones dentro del vestuario con los compañeros y en la pista con mi mujer y mis hijas. Fue algo increíble que nunca olvidaré».

Todos son importantes dentro del staff, incluido, por supuesto, Jorge Díaz, el encargado de material. «El momento que más me emociona al recordar la final es cuando saltamos a la pista y ese abrazo entre compañeros... todo era alegría. Son todo flashes... Al recoger las medallas, al levantar Carlos la copa, la alegría de que el MVP fuese nuestro jugador canterano Alberto Díaz», explica.

Para Diego Vázquez, el preparador físico del Unicaja, ha sido el primer título con el primer equipo. «Se me viene a la cabeza la celebración en la pista, porque fue lo más grande. Recuerdo ir de un lado a otro, abrazando a los compañeros y a los jugadores. Antes incluso de que entregara la copa ya estaba llamando a mi padre, a mi madre, a mi novia y a mi hermana, que no pudieron viajar a Valencia. Todas las fotos que vi a posteriori de la celebración reflejan perfectamente cómo me sentía», recuerda Diego.

Alejandro Ballesteros es el otro fisioterapeuta del primer equipo. Ale lleva ya 20 años en la entidad. Y tampoco puede evitar emocionarse al recodar cómo se conquistó la Eurocup en la Fuente de San Luis. «Para mí fue muy especial, volvía al primer equipo después de varios años trabajando en el LEB, y disfruté mucho. Fue una forma de dar las gracias a la gente que confía en mí dentro del club y en mi trabajo en la élite del deporte de la canasta. En los 12 años desde el anterior título, el de Liga, han nacido mis tres princesas, y fue una forma de dar las gracias a mi familia por estar ahí siempre y el sacrificio que hacen cuando pasas horas y horas, y días, y fines de semana, y días festivos fuera de casa, sin disfrutarlos con ellas. También era una forma de dar las gracias a compañeros de La Oficina (técnicos con los que has trabajado en cantera y en el primer equipo) y jugadores (jóvenes y del primer equipo) con los que pasas horas y horas todos los días trabajando para que el resultado sea ganar todo lo posible».

Un título inolvidable por cómo ocurrió y porque hacía 11 años que el Unicaja no se daba un homenaje. Una Eurocup que hizo feliz a Málaga, vista por los ojos de los protagonistas que la trajeron.

La Eurocup del Unicaja, en calle Larios

La Eurocup del Unicaja, en calle Larios

La Eurocup del Unicaja, en calle Larios