Sin mucho brillo, regalando al rival el segundo cuarto (8-20), pero mostrando absoluta solvencia en los 30 minutos restantes. Así ganó ayer el Unicaja al Iberostar Tenerife un partido clave en la lucha por estar dentro de poco más de un mes en el play off por el título de esta Liga Endesa, que ya quema sus últimas etapas camino de su momento más excitante.

Después de tres derrotas seguidas en la ACB, la victoria ante los amarillos afianza a los chicos de Joan Plaza entre los mejores y les devuelve la confianza para creer que hay tiempo todavía, incluso, para algo más que luchar por ser sextos, séptimos u octavos al final de la Regular.

El Unicaja no dio ayer una exhibición de baloncesto. Ni mucho menos. Pero es verdad que fue infinitamente mejor que el Iberostar, al que además supera ahora en el average particular, tras el +4 de los canarios en el partido de la primera vuelta en la «hamburguesa» de La Laguna. Y ¡ojito!, que éste no es un dato irrelevante. La Liga está muy apretada -Real Madrid al margen- y no hay que descartar posibles empates particulares o múltiples el día que la Fase Reglar eche el cierre. Y ese día, un buen average con los rivales directos te puede llevar a la gloria o al purgatorio. Así que bienvenido sea este +10 de ayer.

La única pena esta vez fue la falta de regularidad. Y es que el segundo cuarto del Unicaja rozó el ridículo. Se escucharon incluso algunos silbidos del respetable cuando ambos equipos enfilaron el túnel de vestuarios en el intermedio. Y es que no se puede conceder bajo ningún concepto un 8-20 al rival. Ayer salió bien porque se cumplió el doble objetivo de ganar y hacerlo por más de 5, pero...

La verdad es que era un día muy importante y el equipo supo gestionarlo. Se olvidó del cansancio acumulado -ayudado por las largas rotaciones de Joan Plaza-, tiró de talento y ejerció de favorito ante un rival que es verdad que no tuvo excesiva fortuna con el virus que dejó k.o a Fran Vázquez los 40 minutos y con la lesión en el tobillo de su jugador franquicia, Mateusz Ponitka, en el primer cuarto. No es cuestión de restarle mérito al triunfo verde, pero es evidente que las circunstancias estuvieron de cara.

Esta vez los focos no se centraron exclusivamente en Nedovic. El escolta serbio estuvo bien, pero jugó muy poco. De hecho, ningún jugador del Unicaja pasó de 24 minutos en pista y solo Livio Jean-Charles estuvo menos de 10 sobre el parqué. Plaza «socializó» sus minutos buscando frescura y que todos sus jugadores se sintieran más o menos protagonistas.

La defensa del Unicaja volvió a ser clave. Tras varios partidos lejos de su mejor nivel defensivo, el Unicaja volvió a hacerse «grande» atrás. Justo lo que más le gusta a Plaza. El equipo dejó al Iberostar en solo 62 puntos, lo que ayudó a tener un final de partido tranquilo e incluso a no sufrir por el reto de ganar también el average.

El Carpena disfrutó con el triunfo, pero mostró demasiados asientos vacíos y poco ruido para lo que había en juego. No hay manera de fidelizar a los indecisos. Hay 7.000 que van sí o sí. Les da lo mimo la hora, el día, la competición o el rival. Pero pasar de 8.000 es un reto que solo el Real Madrid y algún otro consigue con regularidad. Ayer era un partido con mucho en juego y que exigía a la afición ir a «morir» por los colores verde y morado. Menos de 7.400 espectadores es una cifra ridícula para una ciudad con el potencial y la afición que hay en Málaga al básket. En fin, esta batalla parece que está perdida.

Con 8 jornadas ahora por delante, quizás es todavía algo pronto para echar cuentas. Pero también inevitable. La primera lectura que hay que hacer del triunfo de ayer es que permite soñar todavía con alcanzar una de las cuatro primeras plazas de la clasificación. El calendario, además, pone a los verdes en el camino del Barcelona y del Valencia Basket en dos de las tres próximas jornadas. O sea, que estamos ante un par de semanas en los que el Unicaja tendrá en juego si opta o no a acabar la Liga Regular con opciones de ser cabeza de serie en el play off de cuartos de final o si el objetivo es solo estar en esa lucha por el título. Veremos.