Es habitual que los productos de cuidado facial y corporal queden relegados a un segundo plano entre tanto bikini y vestido playero, pero leer atentamente las siguientes recomendaciones puede ahorrarte más de un disgusto al deshacer la maleta.

1.Crema hidratante: es primordial que se adapte correctamente al tipo de piel y que, por supuesto, la mantenga bien hidratada durante horas. Para ello, hay que tener en cuenta que la piel reacciona de un modo diferente a cada nuevo entorno, así en un lugar con altas temperaturas y mucha humedad, es mejor optar por una crema ligera con textura de gel, o si por el contrario viajas a un lugar seco, necesitarás una textura más densa.

2. Protección solar: aunque conocemos de sobra la importancia de aplicar crema con factor de protección en cara y cuerpo, las prisas pueden provocar que en muchas ocasiones lo hagamos mal o directamente no lo hagamos. Por eso no te olvides de meter en la maleta una loción con SPF 30 (como mínimo) y usarla continuamente. Tampoco debemos dejar atrás el cabello, uno de los grandes perjudicados por la exposición solar y los baños en playas y piscinas.

3. Gafas de sol: redondas, de madera, con puente metálico o montura transparente los especialistas aseguran que su uso es obligado para adultos y niños. Más que un complemento, las gafas de sol son imprescindibles para mantener la salud visual. Elegirlas correctamente (que filtren o eliminen la radiación UV por debajo de los 400 nanómetros, entre otras características) puede evitar en gran medida las lesiones o daños oculares.

4. Labial favorecedor: liberar la piel de maquillaje durante las vacaciones puede ser una gran idea, pero hacernos con una barra de labios de algún color favorecedor (rojos o rosas para morenas y rojos o marrones para rubias, por ejemplo) hará que cambie radicalmente el rostro y se luzca mucho más el bronceado.

5. Perfume: nunca puede faltar entre el equipaje una buena fragancia que nos acompañe en los días de calor. Lo más aconsejable de cara a los meses estivales, es que sea fresca y duradera. Alejarse de las notas demasiado dulces y apostar así, por las ligeras, con notas florales, cítricas o frutales sobre todo durante el día. Para la noche, si podemos permitirnos ciertas licencias e incluir algunas que recuerden al jazmín o las rosas.