Málaga vivió este sábado uno de los días más importantes del verano. La devoción y el fervor por la Virgen del Carmen quedaron patentes en la multitud de actividades y celebraciones organizadas en toda la provincia en torno a la festividad de la virgen más marinera y malagueña. Desde las primeras horas de la tarde tanto la capital como diferentes localidades de la provincia se engalanaron de marengos para celebrar por todo lo alto que la Estrella de los Mares salía a la calle, y por supuesto al mar.

Cada 16 de julio se vive con especial intensidad en Málaga, pero fundamentalmente en los barrios con tradición marinera. En El Palo y en Pedregalejo saben bien quién es la Virgen del Carmen; de ahí la importancia que sus gentes le conceden. Y volvieron a evidenciar su desbordante devoción a su Virgen, su Señora.

La primera en salir fue la imagen paleña, aunque la jornada, en realidad, comenzó bien temprano, con la Misa del Alba en la plaza del Padre Ciganda a las siete de la mañana. También en Pedregalejo, con el rosario de la aurora, a las seis de la mañana, por las calles adyacentes a la playa y luego con la Misa del Alba en la desembocadura del arroyo de los Pilones, donde por la noche la imagen de Dueñas se echó a la mar.

En las Cuatro Esquinas de El Palo, desde las cinco de la tarde ya no cabía ni un alfiler, cientos de personas se aglutinaban y esperaban la salida de la procesión, marenga por antonomasia. La misa también congregó a un gran número de personas. «Este momento de la salida es el más emocionante para nosotros, esta devoción se pasa de padres a hijos. Son generaciones enteras las que esperan hoy a la Virgen», nos contó Sole Virué, una malagueña de 62 años que acudió a la procesión acompañada, cómo no, de toda su familia.

Muchísimos marengos arroparon a la imagen durante su recorrido. Como todos los años, El Palo se desbordó en torno a esta imagen, que iba sobre su trono de madera dorada, adornado con un gran centro de rosas rojas a sus pies y centros de flores variadas.

Las mismas escenas de emoción se pudieron vivir en Pedregalejo. La procesión de la virgen se realizó a eso de las siete de la tarde desde la parroquia Corpus Christi; una marea de malagueños acompañaron a la imagen hasta su llegada al mar, uno de los momentos más emotivos para todos los asistentes. En el paseo marítimo, a la altura de la desembocadura de Los Pilones, un año más la Virgen fue embarcada en una clásica jábega, adornada con esmero, para bendecir las aguas y encontrarse con el Carmen de El Palo y, juntas celebrar un homenaje a los difuntos en alta mar, a la altura del Arroyo Jaboneros.

El recorrido marítimo es, sin duda, una de las escenas más preciadas para los devotos de la Virgen del Carmen. «El momento en que las jábegas entran en el mar es el más emotivo para nosotros. Es algo mágico, y nadie debe olvidar que se trata de un tributo a tantos pescadores que perdieron su vida en el mar. Nuestro barrio sabe mucho de eso, tanto El Palo como Pedregalejo son barrios de pescadores. Esta procesión es para los paleños la más importante del año; eso es lo que me trasmitieron mis padres y es lo que yo estoy haciendo con mis hijos y mis nietos», contaba Antonio García, uno de los hermanos mayores de la cofradía de la Virgen del Carmen de El Palo.

Campanillas, Guadalmar, Palma-Palmilla y la Colonia Santa Inés también disfrutaron hasta bien entrada la madrugada de sus fiestas en honor a la Virgen del Carmen. Hoy continuarán con su programa de fiestas.