La crisis no puede con la Navidad. A pesar de las circunstancias económicas, la época navideña viste de color los hogares con propuestas llenas de optimismo y fantasía, y a los colores tradicionales, como el rojo y el verde, se unen nuevos tonos, como el hielo, el rosa o el fucsia.

La tradición navideña viene de la mano de los tonos intensos pero, con tan solo un paseo por el invierno más nórdico, la casa se viste de figuras poéticas en blanco, en mitad de vegetación atrapada por estrellas de hielo e iluminadas por majestuosos fósforos en vidrio bronceado, tal y como plantean algunos especialistas en decoración.

La atención se concentra en pequeñas novedades que no desbaraten el presupuesto, pero que añadan la ilusión de adquirir algo nuevo cuando llegan estas fechas.

"¡Al mal tiempo, buena cara!", explica Raquel Costa, responsable de comunicación de la empresa especializada Sia Home Fashion, quien en una entrevista con Efestilo ha añadido que hay que lograr que "nuestras casas transmitan alegría, encanto y fantasía. No escatimemos en esto, por favor".

Su objetivo consiste en "camuflar" la crisis con pequeños detalles gracias a unos cojines bonitos, "una corona de Navidad" o unas bolas nuevas para el árbol, sin dejar de lado las formas barrocas, brillos, platas y oros para llenar de "esplendor", ha añadido, las fiestas.

Celina De Manuel, jefa de producto de Leroy Merlin, ha afirmado que la intención de su propuesta decorativa es recrear un mundo de fantasía sin necesidad de gastar mucho dinero. E indica que "a pesar de los tiempos en que vivimos, siempre gusta comprar en Navidad un detalle nuevo para el árbol o para la casa".

Crear una atmósfera de "cuento", decorando su hogar con aquellos que le han hecho soñar como "Hansel y Gretel", "Aladino", "La Bella Durmiente" o la magia de "El Mago de Oz" donde la viveza y la originalidad de los adornos del árbol le asombrarán, es su propuesta para estos días.

Los tonos fucsias fueron los intrusos de las navidades pasadas, pero llegaron para quedarse. "Los berenjenas con destellos y brillos dorados darán el toque de glamour, originalidad y sofisticación a esta Navidad", ha explicado Raquel Costa.

El lema por el que apuesta esta Navidad el interiorista Ignacio García de Vinuesa es "Hágalo usted mismo". Una invitación a crear una mesa de fiesta con ingenio y poco dinero.

Aunque no sea un artesano de las manualidades ni el bricolaje esté entre sus hobbies, la posibilidad de disfrutar de unas navidades con una decoración básica y atractiva, incluso de apariencia lujosa, pese a la escasez de medios, se convierte en real para recibir con ilusión estas fiestas.

Según García de Vinuesa, su intención ha sido crear una decoración de mesa "fácil, muy barata y con la filosofía 'Do it yourself everythink' ('Hágalo usted mismo')".

"Me gusta y tengo buena mano con el bricolaje", algo que no había descubierto hasta que, según confiesa, se puso a ello.

El resultado de esta mesa "sorprende" ya que, ha añadido, el bricolaje está asociado a elementos del hogar "alternativos" y de "poca calidad".

"El mantel es un retal", ha confirmado, y su color, rosa, obedece a un condicionante, "su precio", aunque el tono esté de plena actualidad.

Al tratarse de una pieza que no está completa, las esquinas quedan vacías y las ha rellenado diseñando unas "estrellas grandes", que ha espolvoreado con un spray de "purpurina dorada" y a las que ha añadido unas hojas verdes para ofrecer un entorno natural, bañado también de platas y oros.

La vajilla la componen unos platos sencillos y unos bajo platos que ha adornado con "abalorios", que ha engarzado con un pegamento especial y que apenas costaron "unos céntimos de euro". A los vasos les ha adherido "hojas plateadas y doradas" para dotarles de mayor entidad.

Unas ramas de abeto secas encima de la mesa crean una segunda línea de volumen que complementa la primera, creada con el centro de mesa principal.

Las velas, situadas también en el centro y bajo la estela del 'low cost', han quedado "chulísimas" gracias a la serigrafía que las incorpora, comenta el interiorista, que separa el espacio entre comensal y comensal con unos divertidos pelícanos.

Toda una sugerencia para hacer volar la imaginación.