La casa que hoy les mostramos, obra del arquitecto Gerardo Bascones, es de las que presumen de ubicación, de las que se embeben de un estilo que se ha dado en llamar mallorquín pero que responde más a una utilización más o menos acertada de la tradición arquitectónica mediterránea, que está fuertemente influenciada por el pasado, desde luego, pero también por los materiales que se utilizan en la mayoría de construcciones que pueblan las costas y los campos mallorquines, con gusto más o menos acertado. Hoy creemos mostrarles una buena síntesis con lo mejor de un estilo, el estilo mediterraneo 2.0 que ya estará, para siempre, en la tradición mallorquina y en la retina de los miles de visitantes de esta isla acostumbrada como pocos lugares del mundo a los cambios.

La villa está ubicada en primera línea de mar en la península de La Mola, en el Port d´Andratx. Cuenta con impresionantes vistas y los materiales escogidos para su construcción son de primera calidad, una obsesión del arquitecto, que además ha sabido combinar el tan traído y llevado estilo mediterráneo de la fachada con el estilo más vanguardista y cálido de los interiores.

La casa, construida en un solar de mil doscientos metros cuadrados, ocupa una superficie construida de 425 m2. Las terrazas, por supuesto, ocupan grandes espacios, abiertas al mar y a un cuidado jardín, otra de las obsesiones de sus propietarios, que deseaban habitaciones amplias y luminosas con baños en suite todas. Hay cuatro.

Suelos radiantes para que durante todo el año la casa fuera confortable, una cocina de diseño de altísima calidad creada por Birgit Muller y una piscina en cascada abierta al mar rodeada de árboles tropicales, y una zona de chill out para disfrutar de la buena vida. Premisas más que apetecibles a la hora de llevar a cabo un proyecto en el que se utilizaron materiales exclusivamente naturales. Suelos de mármol blanco marfil, la cocina de madera natural combinado con granito, vigas naturales encaladas y piedra de mares alrededor de las ventanas y en el suelo exterior.

Destacan las masivas vigas del salón que aunque tienen un diámetro muy ancho resultan decorativas, porque el techo se colgó desde arriba para conseguir un espacio diáfano, muy amplio y sin ninguna columna de soporte que entorpeciera visual o espacialmente.

Destaca también el exterior que se diseñó como si de un beach club privado se tratara con un rincón de chill out y un sistema de sonido Bose interior y exterior, junto a una piscina de estilo infinity con cascadas para dar la impresión de bañarse en el mar, rodeada por llanos de césped ideales para el juego de los niños o el relajo total de los adultos ansiosos de sol.

La construcción de la casa duro cuatro largos años. En parte, por lo difícil del terreno que debía ser excavado en una piedra muy dura como es la de La Mola. Además, los muebles, muchos, venían del extranjero o fueron diseñados a propósito para esta construcción que recibe a las personalidades más exclusivas del Port d´Andratx, una zona de Mallorca que recibe anualmente a lo mejor de la sociedad alemana, inglesa o de los países escandinavos, siempre deseosos de lo mejor de esta tierra, que es el sol, pero también un estilo, de vida, mediterréneo, que así se reinterpreta. A su gusto.