Pese a ser embajador honorario de la Marca España y estar considerado entre los mejores arquitectos de puentes del mundo, algunas de las obras de Santiago Calatrava han sido muy polémicas y criticadas y varias de ellas se encuentran inmersas en procedimientos judiciales, dentro y fuera de España.

Tras atrasarse un año el juicio contra él en Venecia (Italia) por el sobrecoste de un puente, parecía que Calatrava podría disfrutar sin sobresaltos de la exposición que sobre su obra se exhibe en los Museos Vaticanos, pero la polémica ha vuelto a salpicarle con la clausura del Palau de les Arts que él diseñó, tras la caída de una pequeña parte del revestimiento cerámico que decora la cubierta.

La Generalitat valenciana ha decidido hoy el cierre del Palau y ha anunciado que estudiará las medidas legales para, en su caso, pedir responsabilidades por el incidente en la parte exterior del edificio.

Esta construcción ya ha vivido otros percances: inaugurado en 2005, estuvo un año cerrado hasta rematar las obras y poder iniciar la temporada de ópera en octubre de 2006; unos meses después, en diciembre, se estropeó la plataforma escénica, por lo que hubo que reajustar la programación y suspender alguna ópera.

En octubre de 2007, unas fuertes lluvias inundaron una sala y causaron graves daños en diferentes departamentos del edificio.

Ya el pasado febrero, el Gobierno valenciano no descartó acudir a la vía judicial por el deterioro de la fachada si no se alcanzaba un acuerdo extrajudicial sobre la responsabilidad de los desperfectos en el edificio, que tuvo un coste final de 382,5 millones de euros.

Pero no es la única polémica que ha rodeado a las obras de este arquitecto, Premio Príncipe de Asturias de las Artes de 1999.

Así, en Palma, el juez del caso Palma Arena, José Castro, desestimó el archivo de la pieza separada que investiga supuestas irregularidades en la concesión por parte del Govern de Jaume Matas a Calatrava de un anteproyecto para construir una ópera en la bahía de Palma, por 1,2 millones de euros y que finalmente no se llegó a presentar por prohibición de la Junta electoral.

Pero también le llegó una demanda desde Vitoria presentada por Bodegas Domecq, propietaria de la bodega Ysios de Laguardia, en la Rioja alavesa, para que el arquitecto y los otros intervinientes en la construcción del edificio asuman el coste de dos millones de euros del arreglo de la cubierta que, aseguraron, tiene goteras y problemas de humedades.

Y en junio, el Juzgado de Primera Instancia número 10 de Oviedo condenó al arquitecto valenciano a pagar una indemnización de 3,27 millones de euros a la promotora Jovellanos XXI por los fallos detectados en la ejecución de la obra del Palacio de Congresos de Oviedo.

Otra de sus obras cuestionadas fue el puente "Zubi zuri" de Bilbao, la pasarela peatonal sobre la ría que el Ayuntamiento cubrió en 2010 con una alfombra antideslizante para evitar los patinazos que sufrían los viandantes en invierno.

La polémica estuvo provocada también por la rotura de las losetas del suelo y al añadido que realizó el Ayuntamiento para salvar el desnivel con la zona del Ensanche, una parte agregada a la pasarela a la que se opuso Calatrava, y que suscitó un pleito en los tribunales que acabó con una indemnización de 30.000 euros para el arquitecto.