Imagínese encapsulado dentro de una burbuja azul turquesa, y que desde la cama ve cardúmenes que nadan perezosamente -a veces, en tres o cuatro capas- en un arrecife rico en vida marina.

Si la idea le seduce y no le causa claustrofobia, es la experiencia que ofrece la habitación submarina del hotel The Manta Resort, una estructura flotante de diseño y decoración sueca que cuenta con tres niveles, uno de ellos sumergido y con vistas de 360º del Índico frente a Pemba, la 'isla verde' que forma parte del archipiélago de Zanzíbar.

El hotel, inaugurado en el 2008, cuenta con 16 villas en la playa, y el pasado noviembre abrió este pabellón a 250 metros de la costa, junto a un 'agujero azul' de 12 metros de profundidad y 50 de diámetro con grandes corales. Las secciones de la casa que se encuentran sobre el agua -como el salón y el baño- están revestidas de madera, y en la cubierta se puede tomar el sol o dormir bajo las estrellas. Es un alojamiento que no resulta pretencioso, pero sin duda es un lugar muy privilegiado en una isla que todavía está a salvo del impacto del turismo masivo.

La inspiración de la decoración esta construcción se encuentra en una habitación sumergida tres metros bajo el lago de Mälaren, cerca de Estocolmo (Suecia), con dos camas y una mesa, que construyó el artista Mikael Genberg.