Se trata de una reforma, obra del arquitecto Jaime Salvá Pascual, un joven que lidera el estudio cuya actividad principal se centra en el desarrollo integral de proyectos de arquitectura a medida de las necesidades del cliente buscando una combinación entre el mejor diseño, la funcionalidad, y un riguroso control del presupuesto.

La reforma que hoy mostramos en un espacio de 190 m2 construidos sobre un solar de 105 m2 en Es Figueral es una buena muestra. Un trabajo sencillo aparentemente realizado con pasión, buscando una arquitectura humana, sostenible, funcional, creativa, y adaptada a las necesidades de cada caso particular, sin dejar de lado la estética forman parte de esta arquitectura joven y humana que no parte de un estilo determinado.

La arquitectura responde al entorno que la rodea, a las necesidades sociales del lugar y del cliente. Se entiende la arquitectura como un concepto que engloba desde la volumetría general del edificio, hasta el último detalle del interiorismo y selección de mobiliario, tratando de preservar la idea o concepto inicial durante todo el proceso del proyecto.

El éxito final se basa en un intenso diálogo con el cliente y con los demás intervinientes en la obra, tanto técnicos como constructores. Las ideas más sencillas son las que mejor funcionan."La Simplicidad es la última sofisticación" decía Leonardo Da Vinci. Hoy mostramos esa simplicidad, válida, la de una vivienda existente entre medianeras, de estilo vanguardista y líneas rectas que consta de planta sótano, planta baja y planta piso, además de una terraza superior con vistas a las montañas. La reforma se centró principalmente en la planta baja. El patio exterior estaba situado a 1'5 metros por debajo del nivel del salón. Ello creaba una desconexión entre el salón y el patio, al que se debía de acceder mediante una pequeña escalera, cuya barandilla además frenaba las vistas.

En el proyecto de reforma, el arquitecto Jaime Salvá diseñó una estructura que eleva el patio, dejando la nueva tarima de madera al mismo nivel del salón, y de esta manera consiguiendo que el patio fuera una extensión del interior, ganando en amplitud visual y funcional. Aprovechando esta diferencia de alturas, se creó una pequeña piscina, que refresca el patio y que actúa como un elemento decorativo, en especial cuando se ilumina durante la noche. Una lámpara de agua.

La reforma también contemplaba alinear las alturas de los muros de cerramiento del patio, y se diseñaron unos elementos de acero que actúan como "marcos" para ubicar la vegetación, que nace desde la pared del fondo y se enreda a través de una trama de varillas de acero estratégicamente colocadas en la parte superior del cerramiento.

Detalles del interior de la vivienda. Foto: ANA VELASCO

En el interior del salón, se diseñó a medida la estantería, con las baldas del mismo acero que el cerramiento exterior. Esta voluntad de igualar materiales enfatiza la conexión interior - exterior. La escalera original que arranca desde el mismo lugar también es del mismo material.

Una fotografía de gran formato de un caballo de la fotógrafa Ana Velasco, un cuadro del pintor Rafa Forteza, y litografías del artista gráfico Marcos Torres, decoran las paredes del salón comedor, en el que dominan los colores neutros.

En el baño, la grifería de estilo antiguo y una portada antigua enmarcada de la revista LIFE contrastan con el moderno mueble de baño, diseñado por Ana Velasco con madera maciza de Palisandro, la misma con la que se forra el lateral de la bañera.