Más de una vez habrás pensado que tu casa es demasiado vieja, pero, ¿cómo te quedas si te dicen que hay una casa de más de 300 años que luce como nueva? El mundo de la decoración es cuestión de gustos, pero la fusión de estilos causa gran sensación.

Esta casa tan peculiar fue construida en 1680 en Cornwall, Gran Bretaña. Recientemente se puso a la venta, y fue comprada por una pareja con gran creatividad.

El exterior, con ventanas rusticas de madera y tejado imperfecto, no deja duda de que se trata de una casa antigua. Sin embargo, su interior sorprende a cualquiera. Basta con asomarse a la entrada para observar que lo que encontraremos dentro es de otro mundo.

La entrada de la casa nos lleva hasta una acogedora sala de estar. La chimenea de la estancia es la misma de la casa original, pero se añadieron muros adicionales alrededor de ésta por motivos de seguridad. Para aumentar la luminosidad y la sensación de amplitud, optaron por pintar de color blanco paredes, techos y vigas.

El salón y el comedor ocupan el primer piso de la casa original. Con posterioridad se añadieron una cocina de estilo rustico y el baño. Este último lleno de antigüedades.

En la segunda planta encontramos dos dormitorios, ambos sacados de un catálogo de decoración. El dormitorio principal es elegante y rustico a partes iguales. El infantil, un lugar donde jugar horas y horas.

Y no podía faltar el jardín, uno de los grandes encantos de la casa.

Fotos: Uniquehomestays