Existen lugares de la casa imposibles de limpiar. O eso creemos. Pero lo cierto es que hay numerosos trucos de limpieza para mantenerla reluciente. Aquí te dejamos algunos.

El amoniaco es un producto de lo más versátil a la hora de limpiar el hogar y con el que podemos obtener grandes resultados. Es importante conocer la forma correcta de utilizarlo para exprimir todo su potencial.

Se puede emplear para limpiar el horno rellenando un pequeño recipiente y dejándolo en su interior durante toda la noche. A la mañana siguiente la suciedad saldrá fácilmente pasando un paño. También sirve para limpiar las rejillas de la estufa o de la cocina. Ponlas en una bolsa de plástico con tres cucharadas de la solución, déjalo reposar durante 12 horas y lávalo.

Otro de los productos de vital importancia en el hogar es el bicarbonato de sodio. Prueba a limpiar la tapicería con una cucharada de este y otra de detergente en polvo, un tercio de un vaso de vinagre y agua caliente. Frota con un cepillo de dientes y conseguirás que el sofá quede como nuevo. También es una buena solución para limpiar alfombras. Basta con enjuagar la zona manchada, aplicar y dejar actuar 10 minutos. A continuación pasa la aspiradora. Después deberás mezclar una cucharada de detergente con otra de vinagre blanco, frota sobre la mancha y espera a que se seque.

El vinagre es otro de nuestros grandes aliados. Pon un vaso de agua en un recipiente grande y añade un chorro de vinagre. Mételo en el microondas y ponlo en marcha hasta que se empañe la ventana del microondas. Solo tendrás que pasar una esponja húmeda para que quede reluciente.