Ya estamos en esta temporada en que la naturaleza empieza a dar sus primeros destellos de color. Almendros, mimosas, ciruelos, camelias, narcisos, jacintos y tulipanes comienzan a dar sus flores como señal de que está a punto de producirse un importante cambio estacional y con él una explosión de color. Puede ser caótico o armónico. Sólo hay que saber escoger las tonalidades de flores y plantas que van a predominar en el jardín o la terraza.

Combinando tonos suaves, como son los rosas, los celestes y los lilas, se crea un ambiente tranquilo y relajante. Con los colores más cálidos, como el amarillo, el rojo y el naranja, aumenta el impacto visual sobre los colores pálidos o pasteles. Por ello es importante prever una buena transición entre los colores para la dis­tribución de las plantas. Un color aliado que se suele utilizar para tamizar estas transiciones es el blanco. Tampoco hay que olvidarse del verde, color dominante en la naturaleza, y su gran diversidad de tonalidades.

Cuando se piensa en los colores se suelen asociar sólo a las flores y se olvidan las hojas, ramas y frutos, que también aportan su colorido. Si tienen presentes estos ­principios, es fácil obtener grandes resultados que harán disfrutar aún más su particular paisaje.

No hay que olvidar que primero hay que efectuar los trabajos necesarios para preparar la tierra y que las especies escogidas sean las más apropiadas para el clima de la zona. Es el momento de ponerse manos a la obra si quiere remodelar y colorear el jardín.