Desde que anunciara su compromiso con el periodista francés Romain Dauriac, hizo las maletas, dejó Nueva York y se fue a vivir a la ciudad del amor. Hasta aquí todo perfecto, pero con el tiempo el entusiasmo se evapora y empieza a entender porque los franceses se han ganado la fama de groseros que tienen.

En una entrevista en el programa de David Letterman, Scarlett se ha confesado en voz alta y ha asegurado que a pesar de estar encantada con la idea de vivir en París, "el embelesamiento ha desaparecido un poco ahora" y si al principio todo era perfecto, una vez que decidió instalarse definitivamente en París y la gente vio que no se iba a ir, "podían ser groseros conmigo".

Reveló que lo más "frustrante" es andar por la calle, porque la gente se niega a moverse de su camino. "Me gusta caminar por ahí... como decía antes la gente es más grosera ahora... es frustraste...soy de Nueva York y acabo de darme cuenta que andar es como un baile en las calles , tienes que evitar (a las personas), es una coreografía".

Tajante, así es como se ha mostrado la musa de Woddy Allen con su nueva vida en París y con respecto a sus nuevos vecinos. "Luego cuando llegué allí (París), me di cuenta que era un tipo de ciudad provincial, donde la gente no sabe caminar... así que ahora clavo los ojos en todo el que venga de frente y desde hace un tiempo empecé a ponerme realmente agresiva con la gente, y no me importa..!".

No sabemos si una vez que se casen seguirá viviendo en Francia o no, pero lo que está claro es que ya está empezando a amoldarse a sus costumbres.