"Todo mi cariño y mi más sincero ánimo a las familias y afectados en la tragedia de esta noche en Santiago. Estoy aquí en Santiago consternado". Así se unía Pablo Alborán en su página web al dolor de las víctimas del accidente ferroviario de Santiago, por el que aplazó su concierto en Vigo que, finalmente, será el 14 de agosto. El músico malagueño tiene 24 años recién cumplidos, más de 1.300.000 seguidores en Twitter y 23 discos de platino. Unas cifras que parecen no cuadrar en un momento tan difícil para la industria musical pero que el hombre que emociona a niñas, madres y abuelas ha logrado en menos de tres años. Planea conquistar a los vigueses en el IFEVI en el concierto de su gira "Tanto".

-¿Qué se va a encontrar la gente en su concierto?

-Será un concierto dinámico, con bailes, coreografías, ritmo y mucha percusión, con efectos de iluminación a cargo de 24 pantallas de led. Y, por supuesto, una parte intimista que no puede faltar ya que la gente me ha conocido con una guitarra y nada más. Pero sí es cierto que es un concierto en el que mostramos otras facetas roqueras, en un concepto muy eléctrico y con mucho desmelene.

-Dicen desde la organización del concierto en Vigo que es un artista muy sencillo, que no ha pedido nada especial para el camerino. ¿Tiene alguna manía que se repita antes de cada concierto?

-Qué bueno aja... la verdad es que no pido nunca nada. Lo que pido, lo llevo yo. Un saquito con jengibre por si hay alguna urgencia y nada más. Agua y mucha agua. Lo único que hago antes de subir al escenario es calentar mucho la voz y nada más.

-¿Tiene algún tipo de relación con Galicia?

-¡Claro! Mi tío es de aquí y de chico veraneaba por toda Galicia.

-Ha alcanzado la fama a una velocidad vertiginosa, ¿echa algo de menos de su vida anterior? ¿Hay que ser precavido para evitar que el éxito le colapse a uno, como ha ocurrido a muchos artistas?

-La verdad es que mis necesidades y mis costumbres no han cambiado. Es cierto que mi vida en general sí, pero cuando vuelvo a Málaga sigo siendo el vecino que va a comprar el pan. Lo que sí hay que hacer es rodearse de gente honesta y leal, y la verdad es que hay poca gente así. De todos modos siempre hay que sostenerse en los pilares más importantes que son la familia, los amigos, y un equipo de trabajo implicado hasta las trancas.

-¿Ha tenido que renunciar a parte de su libertad al entrar en el mundo de las discográficas, las grandes giras, los grandes escenarios?

-Bueno la verdad es que no he parado, por lo tanto no sabría qué decirte. De todos modos, a mí nadie me ha puesto un cuchillo en el cuello. Como te he dicho antes mis necesidades nunca han costado dinero y mis costumbres no han dejado de ser las que eran antes de dedicarme a esto. La gente al final entiende que soy un chico al fin y al cabo, y que mi vida es mi vida, pero mi voz es de la gente.

-Internet, en concreto Youtube, fue el escaparate libre que le permitió dar el primer salto hacia los escenarios. ¿Las nuevas tecnologías dan más beneficios que problemas a los artistas?

-No creo que internet sea el enemigo. Creo que tienen que encontrar la fórmula y desde luego no soy yo quien la tiene, ¡ni es mi deber tenerla! Siempre he estado a favor de internet como plataforma de promoción, como medio de comunicación. Pero sí es cierto que no estoy a favor del "todo gratis" porque hacer discos, hacer música, cuesta dinero... no hay que olvidarse de que esto es un trabajo como otro cualquiera. Y tampoco hay que confundir la piratería ilegal o las descargas gratuitas y sin permiso con una buena utilización de internet compaginada con un entendimiento entre el consumidor y el creador.

-Sus canciones gustan a niñas de cinco años, a adolescentes, a sus madres y a las abuelas, ¿alguna vez pensó al componer en que su música llegaría a un público tan variado?

-Jamás, de hecho es un sueño. Que las abuelas vengan con sus hijas y nietas a las firmas de discos y a los conciertos es algo maravilloso. Uno se da cuenta de que al final la música no tiene barreras de ningún tipo y eso es estupendo. Lo curioso es ver como a veces las personas mayores acaban bailando un tema electrónico y una chica de 15 cantando algún bolero.

-Sus canciones hablan en su mayor parte de amor y desamor. ¿Tan joven se puede tener tanta experiencia en estos lares o echa mucha mano de la imaginación?

-Jajaja... Un poco de los dos. Yo creo que hay que vivir para componer, siempre lo he dicho. Pero muchas de las cosas que canto les han pasado a otros o a otras. Lo bonito es ver cómo la música al final hace que entiendas a la otra persona aunque no hayas vivido la misma historia. Conseguir que las emociones se entremezclen y al final siempre acabes emocionándote por una razón o por otra, eso es lo bello del arte en general. Que haya gente que le suceda con mis canciones es casi una bendición para mí. De todos modos, todo me inspira porque todo me interesa; desde el cine a la literatura, la pintura, viajar...

-Si en algún momento de su carrera se plantease hacer un disco de dúos, ¿con qué voces femeninas o masculinas le gustaría compartir sus canciones?

-Bueno en tres años me he pasado con las colaboraciones. Me encanta aprender de los demás. Bosé, Alejandro, Carminho, Malú, Maria Dolores Pradera... Ahora mismo me encantaría trabajar con Norah Jones, con Paco de Lucía, NikosVertis...

-¿Cuáles son sus planes para un futuro próximo? ¿Está componiendo nuevos temas o con la gira no da tiempo para más?

-¡Yo saco tiempo para todo! Tengo muchos temas guardados que van saliendo y los voy guardando como oro en paño, pero después de esta gira toca parar.

-¿Y asomarse a otros mundos como el cine o participar en algún concurso de televisión como jurado?

-Me encantaría dedicarme al cine, delante o detrás de las cámaras. Creo que es un mundo apasionante, pero jamás lo haría sin antes prepararme y estudiar. Estar como jurado en algún programa de televisión ahora mismo no lo veo oportuno por mi corta trayectoria profesional, ¡pero sería estupendo!