En el Ayuntamiento de Sant Feliu de Guíxols, localidad de la Costa Brava donde Thyssen tiene una mansión, cuentan que hace 13 años pujaron por un paisaje del pueblo, pintado en el siglo XIX por Jaume Pons Martí. A partir de cierto precio, el municipio abandonó la subasta y la obra la adquirió un comprador anónimo. Un mes después, Carmen Thyssen apareció con la pintura y la cedió al municipio gratuitamente.

La obra cuelga este verano en el Espai Carmen Thyssen, centro abierto el año pasado en el conjunto monumental del monasterio de la localidad para acoger exposiciones temporales de la colección de la baronesa. Cuando la entrevista Magazine, Carmen Thyssen acaba de presidir en este lugar la presentación de la muestra de este año (abierta hasta el 13 de octubre), que gira en torno a obras de Hopper, Sisley y Kandinsky.

Este espacio, embrión de un ambicioso proyecto museístico, o la anécdota sobre la generosidad de la baronesa con el municipio, dan a conocer otra cara de la mediática Tita Cervera, cuya vida conoce (o eso cree) casi todo el mundo: fue miss Cataluña y miss España, se casó con el actor Lex Barker y con el barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza, heredero de una rica familia alemana y de quien enviudó en 2002.

La Carmen Thyssen artista es conocida por la colección de su marido, que adquirió el Estado español y de la que nació el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid. Tiene una colección privada de 1.300 pinturas, muchas de las cuales exhibe en el Museo Carmen Thyssen de Málaga o en muestras temporales como la de Sant Feliu de Guíxols.

El arte ocupa mucho del tiempo de Carmen Thyssen. Se considera una buena coleccionista, por su instinto y por lo que aprendió de su marido. "Hay pocos coleccionistas auténticos que tengan el verdadero instinto de buscar la calidad y dar su lugar la pintor. Muchos coleccionan por esnobismo, como también muchas galerías que entorpecen el camino del buen arte", asegura.

Ella dice coleccionar arte con calidad y belleza. "Me siento orgullosa, yo que no soy de ésas por haber reunido a pintores andaluces, catalanes o españoles y haberles dado el lugar que les correspondía en el museo de Málaga. No se ha coleccionado el siglo XIX en España como merecían sus pintores. Siento que una de las aportaciones que he hecho es revalorizar a artistas que son grandes maestros", señala.

Thyssen se lamenta de que no puede coleccionar como antes, ya que los precios "son espectaculares". Hace meses se la acusó de comprar a través de paraísos fiscales, y el año pasado se le criticó que vendiera La esclusa de Constable por 25 millones de euros porque necesitaba liquidez. Ella defiende su situación: "Dentro de unos meses, saldrán las memorias de mi marido, a partir de conversaciones grabadas. No he cortado nada, lo que dijo, está dicho".

Negocia desde hace años con el Gobierno para recibir una contrapartida económica por el depósito de su colección, y ha amenazado en varias ocasiones con llevarse sus cuadros de Madrid. De entrada, abrió el museo de Málaga, de acuerdo con las administraciones andaluzas, y recientemente ha hablado con La Caixa y el Museu Nacional d´Art de Catalunya para que sus pinturas puedan estar en Barcelona en un nuevo museo en Montjuïc.

"Ya que mi colección de pintura catalana está libre, esta y parte de la internacional podrían ir a Barcelona. Lo ideal sería la mitad en Madrid, la mitad en Barcelona y que se cambiaran cuadros y también con Málaga. Con la colección tan extensa que tengo, se puede llevar a cabo perfectamente", explica. Sería a cambio de una contrapartida económica, pero no consta, por ahora, que haya nada cerrado. De momento, ella se ha puesto un plazo para lograr un acuerdo con el Gobierno.

"Yo ya tengo cierta edad (ha cumplido 70 años) y quiero dejar las cosas arregladas para mis hijos y nietos. Por la crisis no he atosigado al Gobierno, pero en noviembre no voy a tener más remedio que tomar una decisión definitiva", subraya.

¿Y si no hay acuerdo?, ¿noviembre es el plazo máximo?

Sí, porque el embalaje de los cuadros conlleva su tiempo; a principios de febrero se acaba la prórroga que acordamos.

¿No va de farol?

No, no, simplemente, tengo que tomar una decisión por el futuro de mi familia.

El proyecto de centro permanente en Sant Feliu de Guíxols tampoco avanza apenas por falta de dinero público, aunque el alcalde Joan Alfons Albó (CiU) está encantado con la proyección que les dan las obras de la baronesa y con tenerla en el. Thyssen tiene la mansión desde cuando se casó con Lex Barker, cuando era de las pocas en la escarpada costa, y los pescadores la conocían como "la casa de la tarzana".

Carmen Cervera ha vivido dos matrimonios, pero ha sido madre fuera de ellos. "Mis hijas (dos gemelas de las que fue madre hace siete años por vientre de alquiler) son angelitos? Me siento muy feliz. Como también por los hijos de Borja, aunque sólo conozca a Sacha (el mayor de los tres nietos)".

¿No le molesta que todos sepan de sus desavenencias con su hijo?

Sí, claro que molesta, muchísimo. En un momento dado las cosas se fueron de las manos de todos y es una pena. Pero todo se arreglará, estoy segura.

Quienes conocen a la baronesa dicen que la caracteriza su joie de vivre. Se manifiesta en su sonrisa fácil, el blanco luminoso de su indumentaria o cuando se le pregunta por la crisis. "Europa tiene fuerza y vamos a salir adelante", asegura. Al preguntarle por España, se deshace en elogios hacia el que considera su país favorito. "¡Por supuesto que saldremos adelante!", sentencia.