Nacida en Lima en 1968, Blanca Suelves trabajó como modelo y presentadora de televisión. Desde hace casi dos décadas, se ha inclinado hacia el mundo de la empresa. "Surgió por necesidad y porque soy muy inquieta y curranta", señala. Modernizó y reformó parte de la antigua casa familiar de su marido, Joannes Osorio, duque de Alburquerque, para la celebración de actos sociales en general, y bodas con estilo en particular. La finca Soto Mozanaque, cercana a Madrid, recibe desde entonces a ilusionadas parejas. "En muchos casos confiesan que es uno de los días más grandes de su vida, explica. Las bodas son momentos únicos. Se suele pensar que es la mujer la que está al tanto de todo, pero muchas veces es el hombre quien organiza porque tiene muy claro lo que quiere. Y las que siguen mandando mucho son las madres de los contrayentes; eso no ha variado nada", comenta divertida.

Piensa que, en torno a los enlaces, hay muchos clichés que han quedado antiguos. "Se piensa que somos nosotras las que más emocionadas estamos ese día, pero no es cierto; ¡los hombres también tienen su momento sensible! No creo que haya diferencias en materia de emociones, sobre todo en un momento tan especial".

Confiesa que pagó la "novatada" al iniciarse en el ámbito empresarial, "pero más por inexperta que por ser mujer. Lo importante es que ahora muchas mujeres llevan las riendas de grandes empresas y están haciendo las cosas tan bien, que de esto ya no se debería ni hablar, porque no tiene que ver con el género sino con la valía". Firme defensora de la pareja -"de hecho, es en lo que más creo, porque nada tiene sentido si no lo compartes"-, su unión con el que es su marido se mantiene desde hace 22 años. "Es cierto que la convivencia no siempre es fácil; requiere mucha educación y respeto. Pero es que, en general, nada en la vida es fácil. Nadie nos va a regalar nada; hay que esforzarse, y en el caso de la vida en pareja aún más, porque merece la pena. Pero si no está yendo bien, y se ve que no tiene solución, hay que salir de ahí", apunta.

Madre de dos hijos, no ha marcado diferencia alguna en su educación. "Él tiene 15 años, y ella va a cumplir 17, y hacen lo mismo. Ponen la mesa los dos, se hacen el desayuno. No concibo otra cosa, ni siquiera es un debate, forma parte de la naturalidad de nuestra vida. No creo que tienda a protegerla más a ella. Yo crecí con mucha libertad, y eso te hace entender desde muy joven que el mundo es complicado, y trato de transmitirles que hay que ser cuidadosos y responsables. A ambos por igual. Lo que sí soy es más pesada como madre de lo que lo fueron conmigo".

Aunque afirma que cada vez admira más a las mujeres, asegura llevarse muy bien con sus amigos varones. "De pequeña, incluso mejor. Soy muy deportista, y entonces eran los chicos los que hacían más deporte. Me entiendo bien con ellos, me gusta su compañía y conversación, pero no me gusta nada el hombre primitivo. Eso no quiere decir que tenga un hombre ideal, porque ser ideal debe de ser un coñazo". De ellos admira sobre todo la sencillez, un rasgo que considera, en general, más masculino. "Esa simpleza de los hombres que son capaces de concentrarse en una sola cosa es tan envidiable que yo trato de ponerla en práctica cada vez más a menudo. Nosotras nos empeñamos en hacer mucho al tiempo y acabamos con los nervios de punta. Y no se puede estar en todo y a todo".

Asegura que para ella la seducción pasó a la historia. "Mi vida ya va por otro lado. Además, nunca he sido muy de seducir, creo más en la naturalidad. No hay que tratar de gustar, sino mostrarse como se es. El que es sofisticado no debe ponerse un vaquero para gustar más. Somos todos distintos, y la diferencia nos hace atractivos".

Recuerda su etapa juvenil, trabajando ocasionalmente como modelo. "Fue una forma de ganar un dinero, pero nunca me he considerado como tal. Conozco bien mis limitaciones". Piensa que en el mundo de la moda hay muchos clichés. "Y algunos, tan injustos como ofensivos. ¡Ya querría mucha gente que las modelos fueran tan tontas como se dice! Lo que hay es mucha envidia ante una mujer bella que además es inteligente y autosuficiente. Muchas modelos siguen estudiando y preparándose a fondo mientras trabajan. Y otras, no. De todo hay".