Mientras que la hermana mayor cumple 40 años disfrutando de un rocoso estatus como modelo icónica e incombustible, capaz de salir indemne de cuantas adversidades le salieron al paso en su fulgurante carrera, la pequeña coge su testigo para brillar en el mundo de la moda. Las hermanas Kate y Lottie Moss representan a dos generaciones muy distintas en tiempos muy distantes.

A sus 16 años, cuando la ley lo permite, Lottie ha fichado por la célebre agencia Storm Models, que fue la que arrancó a Kate del anonimato en un aeropuerto cuando sólo tenía 14 años, y que ha sacado a la luz la imagen de su flamante apuesta. Para ella, el camino ha sido mucho más fácil y en sus manos ya tiene un contrato con muchos ceros. La agencia fundada por Sarah Doukas juega sobre seguro, como lo demuestra el hecho de que esa imagen sea muy parecida a otra en la que Kate deslumbraba como imagen de un perfume de Calvin Klein. En cualquier caso, la nueva modelo deja claro que sus prioridades no se limitan a la moda y que sus estudios no se verán alterados por ella, algo difícil de conseguir, si tenemos en cuenta que la adolescente ya tiene miles de seguidores en Twitter, y creciendo. Hace dos años ya se filtraron fotos de Lottie para un book profesional, pero aún no tenía edad suficiente para poder ser reclutada por una agencia.

El rostro de Lottie, hija de Peter Moss y de su segunda esposa, Inger, empezó a llamar la atención del mundo desfilando como dama de honor en la boda de su hermana con el guitarrista Jamie Hince, en julio de 2011. Las comparaciones no fueron ociosas. Lottie nació diez años después de que los padres de Kate, que tenían otro hijo, Nick, se separaran. Fue en esa época de dolor para Kate cuando surgió la oportunidad de su vida en un aeropuerto. Juegos del destino.

Lottie, de Charlotte, no tiene una gran altura para competir en las pasarelas, 1,65 metros, menos incluso que su hermana, con 1,73, pero su fotogenia, menos rompedora que la de su hermana, le garantiza un hueco importante en otras áreas de la moda. Aún tiene mucho camino que recorrer para hacerle sombra a su hermana (premio de la industria de la moda británica por su influencia en el sector, cuatro millones de euros de ingresos el año pasado), pero entra por la portada grande y tiene a una consejera de primera categoría.

Kate ha cumplido 40 años conservando intacta su influencia y su prestigio entre las grandes firmas. No ha sido un camino de rosas. Su relación tormentosa con el conflictivo cantante Peter Doherty le trajo muchos problemas la pasada década. La imagen de Moss esnifando cocaína en un estudio de grabación la puso en la picota, y fueron varias las firmas que se alejaron de ella. ´Heroin chic´, así la etiquetaban. Momentos duros que sirvieron para que supiera quién estaba a su lado y quién no. El fallecido diseñador Alexander McQueen gritó en una pasarela: "We love you, Kate!" Algo se rompió en su interior. Se alejó de Doherty y de las drogas, aunque nunca ocultó su adicción al tabaco, que no logró superar.

Su extremada delgadez alimentó rumores de todo tipo, pero su popularidad engordó. Han pasado sólo dos años, pero es otra mujer. Vuelven las ofertas y volvió el amor. La industria le rinde homenaje, protagoniza exposiciones. Hay Moss para rato. Y ahora, por partida doble, porque estas hermanas darán aún mucha guerra mediática.