Un grupo de palomas no es una plaga, «plaga es un conjunto de políticos corruptos», señalaba con acierto en 2016 la juez Eva Díaz en unas jornadas de formación organizadas por la Comisión de Derecho Animal del Colegio de Barcelona. Y decía bien: las palomas no son plaga, así lo aseveró la Unión Europea mediante la resolución a la consulta E006089/2017, que declaró aves a las palomas Columba Livia y las protegió en su artículo 13 Tratado Unión Europea, considerándolas animales dignos de sensibilidad física y psíquica. Ello quiere decir que, para controlar su población, deberán usarse métodos éticos y de control responsable como, por ejemplo, la gestión diaria de la nidificación o la inhibición del celo y no métodos de exterminio como la gasificación con CO2 que, además, podrían constituir un delito o infracción por maltrato animal, por no respetar las mínimas exigencias en materia de bienestar. Qué gran ridículo el del humano, luchando contra el símbolo de la paz.

*Sandra Barrera es abogada