Las pasarelas imponen la moda, pero al fin y al cabo son los escaparates a pie de calle los que dictan sentencia. Basta echar una rápida ojeada para darse cuenta de que esta primavera está claro quién manda: ni más ni menos que los colores pastel en todas sus variedades han salido a las calles para quedarse, al menos hasta el final del verano.

El rosa bebé, el azul cielo, los cremas y toda la gama de los amarillos son los auténticos reyes de las propuestas de moda. A ellos se añaden todos los verdes, desde el más suave al más llamativo a la vez que se observa una pérdida de protagonismo del blanco, tras la saturación vivida el pasado verano. Si acaso llega combinado con azul marino, recreando el eterno estilo marinero que nunca muere. Vestirse en tonos pastel con pleno éxito tiene un truco infalible. Un buen bronceado es el mejor aliado para lograr un resultado espectacular.

Dior mezcla azules y tonos vainilla, que dan ese resultado pasteloso y almibarado al que no se debe temer esta temporada. Las firmas de bajo precio ya han tomado buena nota para que los modelos lleguen al común de las mortales.

Los tejidos más actuales van desde la sofisticación del encaje, cuyo mejor exponente se encuentra en la colección de Valentino, a las gasas que llegan con superposición de capas, tal como muestra la colección de Ralph Lauren, digna de los tiempos del 'Gran Gatsby'.

Los extremadamente pastelosos, de cuerpo ajustado con escote palabra de honor y falda con cancán están firmados por Viktor&Rolf. Más requete-pastelosos imposible. Las opciones más femeninas las rubrica el libanés Elie Saab. LouisVuitton mezcla transparencias, flores, brocados e incluso batista suiza.

Las flores tampoco pueden quedar fuera de los vestidores ni por supuesto los pantalones en una completa gama de colores que van del rosa fucsia al verde lima.