La familia real británica optó por uniformes militares y vestidos de sus diseñadores fetiche para asistir al desfile de mil barcos por el Támesis en homenaje al Jubileo de Diamantes.

Sin estridencias ni sorpresas, los Windsor se mantuvieron fieles a su estilo para las grandes ocasiones: las mujeres con sombrero, engalanadas con diseños de sus modistos favoritos mientras que los hombres aparecieron con uniforme militar.

Sonriente a pesar del mal tiempo, Isabel II, de 86 años, se embarcó en la barcaza desde la que presidió el desfile con un conjunto de vestido y abrigo blanco con cristales Swarovski incrustados a juego con un sombrero del mismo color de su diseñadora personal, Angela Kelly.

La reina, que eligió ese tono para contrastar con los colores azul y rojo de la bandera británica, llevaba además sus inseparables guantes, en esta ocasión de color lila, y un broche plateado en la solapa.

El frío y la humedad, en aumento a medida que avanzaba la jornada, obligaron a la soberana a taparse con un chal también de color blanco durante gran parte del desfile.

La duquesa de Cambridge, Catalina, apostó por un atuendo mucho más llamativo, de color rojo carmín, diseñado por Alexander McQueen, quien ya se había encargado de su vestido de novia el año pasado.

Junto al entallado traje, la esposa del príncipe Guillermo lucía un sombrero adornado con una flor de Sylvia Fletcher, un broche con dos delfines plateados del Servicio Submarino de la Marina Británica y un discreto pañuelo de cuadros de tonos ocre.

Por su parte, la duquesa de Cornualles, Camilla, a quien se vio dialogar en varias ocasiones con la reina, apostó por un conjunto de abrigo y vestido beige de Anna Valentine con un sombrero de Philip Treacy, el mismo diseñador por el que optó en su boda hace siete años.

Los varones de la familia real acudieron al histórico desfile de uniforme militar con sus condecoraciones.

El duque de Edimburgo, esposo de la reina, vestía uniforme de almirante de la Flota, al igual que hizo su hijo, el príncipe Carlos, heredero de la corona británica.

Los nietos de la Reina, los príncipes Guillermo y Enrique, vestían, respectivamente, uniforme de oficial de la Real Fuerza Aérea (RAF) y uniforme de gala de los "Blues and Royals", uno de los dos regimientos de caballería que forman parte de la Guardia Real.