Como cada año, el condado británico de Berkshire ha acogido el British Royal Ascot, la carrera de caballos más famosa de Europa. En ella se dan cita los apasionados de este deporte y de las apuestas de caballos, así como los rostros más importantes de la realeza británica.

Sin embargo, este popular evento no solo destaca por el deporte, sino porque se ha constituido como una fecha esencial para el mundo de la moda. Y es que los asistentes deben seguir unas reglas muy estrictas en su vestuario -los hombres deben acudir en traje y las mujeres con vestido o traje a elegir entre falda y pantalón-, pues el toque de originalidad se reserva para una prenda en concreto: los sombreros.

Sin embargo, estos complementos no se escapan de las normas y deben medir como mínimo 10 centímetros de diámetro. Como no podía ser de otra forma, la propia reina Isabel II cumplió el protocolo y lució un elegante sombrero en color rosa palo a juego con un abrigo del mismo color. Aunque Kate Middleton no ha asistido al evento y no hemos podido ver con qué sombrero sorprendía, han sido muchos los originales modelos del resto de los asistentes.

Lo más destacable ha sido el contraste entre los tocados sencillos y de estilo minimalista y los sombreros grandes y pamelas. El colorido ha estado garantizado, y mientras que algunas invitadas han optado por tonos pastel más primaverales, otras se han atrevido con estampados muy divertidos.

Cada año, los asistentes se van superando y se atreven con sombreros de lo más extravagantes. Para complementar los diseños, una de las opciones más extendidas han sido las flores, aunque también se han podido ver sombreros con lazos, tela de rejilla e, incluso, ¡con una pluma de casi medio metro!