La ciencia y sobre todo el universo que rodea a la genética han avanzado considerablemente haciéndose evidente en el tratamiento de diversas enfermedades, pero es ahora en el mundo de la cosmética donde se han transferido estos progresos.

Y es que una empresa norteamericana comercializa cremas compuestas por ADN adaptadas en función de cada usuario. El cosmético, que está destinado para ser aplicado en la zona facial, se vende en frascos de 50ml.

A pesar de tratarse de una fórmula innovadora en la química cosmética, según algunos expertos especializados en genética y dermatología, utilizar material genético no garantiza una mayor eficacia.

Este mercado pionero utiliza una formula única que se fundamenta en las variaciones específicas de cinco genes vinculados con la sensibilidad y el tipo de tejido cutáneo.

En el momento en el que un usuario desee su crema personalizada, deberá seguir un procedimiento por el cual deberá depositar una muestra de saliva en la compañía encargada de su producción.

La práctica se completa con un cuestionario en el que la persona interesada informará acerca de su origen étnico y se realizará un reconocimiento para evaluar el tamaño de los poros, el grado de hidratación de la piel, entre otras. P

ara finalizar, las pruebas son enviadas a un laboratorio para ser analizadas y proceder a la fabricación de la crema. El resultado es un envase de 50 gramos con el nombre del cliente con un precio aproximado de 250 euros.

Los creadores de este innovador cosmético son optimistas respecto a los resultados que esperan obtener, pero a pesar de esas ideas esperanzadoras, la comunidad científica es reacia a esta clase de formulaciones cosméticas. Algunos expertos aseguran que la toma de una muestra de ADN es ineficaz si se desconocen los genes reguladores del cuidado de la dermis, negando así que pueda cumplir lo prometido.

Este método plantea cuestiones en relación a la privacidad de toda la información genética que contienen las muestras salivales que los clientes entregan.

Éstas son suficientes para averiguar si una persona es portadora de genes determinantes que puedan indicar la patología de alguna enfermedad. Aunque la empresa asegure la completa destrucción de ese material después de su análisis, se plantean ciertas dudas acerca de la probabilidad de que sean vendidas en el futuro.