La caída del pelo se ha convertido en un problema de apariencia física que afecta tanto a hombres como a mujeres. En un mundo en el que la apariencia física está a la orden del día, la perdida de pelo es algo que trae de cabeza a un amplio sector social. Por ello, son cada vez más personas que cuidan su cabello con mimo y adquieren lociones, champús y demás mejunjes para tratar de erradicar o prevenir el problema.

Es tal la obsesión que existe por no perder pelo que a lo largo de los años se han creado una serie de mitos alrededor de este problema. Desde herencias genéticas hasta métodos de peinado, pasando por la propia calidad de vida del individuo, son muchas las historias que se han contado, siendo algunas falsas a pesar de que estén aceptadas como verdaderas. Una de las leyendas urbanas más extendidas está relacionada con el uso frecuente del champú y el número de lavados a la semana.

El lavado del cabello a diario no está relacionado con la perdida capilar, a pesar de que se suela pensar lo contrario. El problema podría habitar en la calidad del champú, que debe ser suave y destinado para el uso diario.

La utilización de ceras, tintes y planchas también se vincula a la caída del pelo. Sin embargo, los tintes y ceras que existen actualmente no afectan a la pérdida de cabello, al igual que las planchas o los secadores. Si es verdad que estas herramientas podrían quemar y hacer perder brillo al pelo si se emplean en exceso, aunque una vez se corta la zona afectada vuelve a nacer en perfectas condiciones.

En cuanto a las verdades que circulan por ahí sobre la alopecia, destaca la de la herencia genética. Si existen antecedentes familiares de problemas capilares, la probabilidad de que el individuo sufra del mismo mal es alta.

Sin embargo, existen productos específicos para frenar la caída y reactivar el crecimiento de manera natural. También están los implantes de pelo, que han devuelto la ´melena´ a personalidades como José Bono, ex presidente del Congreso, o el periodista Hilario Pino.

La calidad de vida de la persona también influye en la salud capilar. La caída del pelo por la falta de nutrientes es algo reversible mejorando los hábitos alimenticios. El alcohol y el tabaco, como es obvio, tampoco benefician al cabello, ya que le restan vigor y brillo.