La Navidad es la época de los perfumes por excelencia. En estas fechas, los regalos aumentan y la compra de uno de estos obsequios aromáticos, es más que recurrente.

Pero, ¿realmente estamos seguros de que compramos perfumes originales? ¿O somos vulnerables ante las falsificaciones?

Según Stanpa, la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética, las ventas de estos tipos de productos suponen alrededor de 50.000 puestos de trabajo perdidos en Europa.

Este sector, que lleva años luchando contra el problema de las falsificaciones, ha elaborado una guía para enseñar a los usuarios a diferenciar los productos cosméticos copiados de los originales:

1. Fijarse en la espuma:

Al agitar un perfume falso, este generará una capa de espuma que permanecerá durante algún tiempo. Sin embargo, al agitar un original apenas se genera espuma.

2. La cánula debe ser corta:

El pequeño tubo que permite sacar el perfume de su envase, la cánula, es generalmente más larga o dilatada en las falsificaciones que en el perfume original.

3. Que no se vean las juntas:

Según apuntan desde Stanpa, en las falsificaciones se pueden, muchas veces, apreciar las juntas en el cristal del frasco o en el envase del perfume, que dan la sensación de mal acabado.

4. El embalaje no sebe sonar:

En las falsificaciones, el pliegue del plástico del embalaje es más irregular ya que generalmente no está perfectamente terso. Por eso, si se fricciona este suele sonar y el de la marca original no.

5. Poner el ojo en el cartón:

Algunos productos copiados se venden en un envase de cartón de poca calidad e incluso, suelen tener imprecisiones en la impresión del mismo.

6. El etiquetado es clave:

Fijarse en el etiquetado del producto es clave. En algunas ocasiones, las referencias, los ingredientes, el código de barras o el número de lote no aparecen en la caja o en otras están por completar.