Con el paso del tiempo y, en gran medida, provocado por los cambios hormonales, puede salir vello donde antes no lo había, y no precisamente en lugares corrientes o cómodos a la vista. Cuando se trata de un pelo terminal -duro, grueso y oscuro- con un crecimiento excesivo se denomina hirsutismo, y se reconoce porque aparece en zonas donde normalmente no suele crecer, como el labio superior, la barbilla, areolas mamarias o la espalda.

Aunque puede ocurrir en hombres se trata de un problema que afecta mayoritariamente a las mujeres. "Es un exceso de vello en zonas no habituales debido a la alteración de algún tipo de glándula, sobre todo de las suprarrenales", indica en una entrevista Alberto Morano, miembro de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME) y responsable de la Clínica Morano de Palma de Mallorca.

Se trata de un trastorno que afecta aproximadamente al 10 por ciento de las mujeres en edad fértil, y se corresponde con el "crecimiento excesivo de vello en mujeres siguiendo un patrón masculino de distribución, como en patillas, barbilla, cuello, areolas mamarias, tórax, muslos, espalda y cerca del ombligo".

Con la edad y en especial con la menopausia, la cantidad de vello facial se incrementa y, en muchas ocasiones, se transforma en pelo terminal, debido al aumento de los niveles de testosterona. "El incremento de esta hormona también puede deberse a obesidad, al síndrome de ovario poliquístico, al hipotiroidismo, a afecciones de las glándulas suprarrenales y a la utilización de ciertos medicamentos (minoxidil, fenitoína, esteroides, anabolizantes, ciclosporina, corticoides y algunos contraceptivos orales)", añade la SEME.

Morano indica que en los hombres también aparece el hirsutismo, aunque en estos no es tan evidente porque el cuerpo masculino, por predisposición hormonal, tiene una extensión de vello bastante amplia. En cambio, en la mujer habitualmente el vello aparece en unas zonas concretas del cuerpo. No hay que confundirlo, explica el experto con el exceso de vello en las zonas habituales, "en este caso llama hipertricosis".

Según explica, las causas normalmente son hormonales. De hecho, indica que siempre hay que hacer un estudio hormonal porque además es frecuente que este trastorno se inicie en las fases más jóvenes, en la pubertad. No obstante, llama la atención que es muy frecuente que en algunas personas, justo al aparecer la menopausia, tengan un brote de hirsutismo, además mujeres que no han tenido pelo nunca. Cuando ese pelo brota en edades más jóvenes suele ser más fuerte, denso y grueso, mientras que si surge en la menopausia ese crecimiento es más débil, tipo pelusa.

¿Se puede quitar?

Sobre el tratamiento, el experto indica que todo depende de la causa que lo provoca, aunque los más utilizados son la fotodepilación, la depilación láser, y el uso de retardadores del crecimiento del vello. Para ello, dice que es imprescindible una exploración física y, en muchos casos, una analítica de los niveles hormonales. No obstante, avisa de que es frecuente el hirsutismo idiopático, es decir, de origen desconocido.

"Un bulo muy frecuente en la población es que el hecho de cortar el pelo con cuchilla o depilarse con cera puede influir en el crecimiento posterior del vello. No depende de con qué se depile uno. No por rasurar el pelo saldrá más grueso. Sale antes, eso sí, porque si uno arranca o estira, como con pinzas o a la cera, saca el pelo, pero también parte de la raíz o folículo y le cuesta más salir. Pero una vez ha salido a la superficie a la piel es el mismo que anteriormente existía. No hay más grosor", defiende Morano.

A su juicio, el tratamiento más efectivo es la depilación láser ya que, actualmente, estos aparatos han ganado en seguridad y en muchos menos efectos secundarios. "No sólo en comodidad del paciente, porque son más rápidos, sino que también se puede emplear ya en pieles oscuras", apostilla. Lamentablemente, avisa, con el tiempo ese vello indeseado puede volver a salir, por lo que, previa analítica hormonal, ese tratamiento láser debe acompañarse, quizá, de la toma de algún tipo de estrógeno o de antiandrógenos.