Los especialistas recomiendan someterse a un chequeo general una vez al año como la mejor forma de prevenir. La detección precoz de cualquier enfermedad es el elemento clave para lograr superarla. Por eso no se debe esperar a estar enfermo para acudir al médico sino incluir las revisiones periódicas en los hábitos de vida saludable.

Un 90% de las personas que se someten a una revisión preventiva, integral e individualizada de su estado de salud presentan algún tipo de patología, según se desprende de los resultados obtenidos de un trabajo de investigación realizado por la unidad de Chequeos de la Clínica Universitaria de Navarra (CUN), publicado en 2009. El estudio se practicó sobre una muestra aleatoria extraída de un conjunto de 22.000 pacientes.

Según definió el director de la unidad de Chequeos de la Clínica, “un chequeo es un examen integral e individualizado del estado de salud que incluye aspectos físicos, psíquicos y sociales”.

Para el facultativo, el principal beneficio que aportan estos exámenes médicos reside en que “permiten diagnosticar enfermedades en fases iniciales, cuando todavía no han manifestado síntomas, como es el caso de algunas patologías cardiovasculares, degenerativas o incluso tumorales”.

Por eso, en el abanico de personas a las que iría dirigido un chequeo se incluyen desde aquellas que no presentan síntomas hasta las que manifiestan determinadas molestias o enfermedades diagnosticadas con anterioridad.

Un examen general de salud es aquel que incluye una consulta médica, la realización de algunas exploraciones complementarias (análisis y radiografías) además de las pruebas indicadas específicamente para cada persona atendiendo a su edad, sexo, profesión, antecedentes familiares y, fundamentalmente, a los síntomas que pueda presentar.

Patologías más frecuentes

Según detalló el doctor Beloqui, la finalidad de un chequeo se basa en la detección precoz, la evaluación de los factores de riesgo, la prevención, el tratamiento y la obtención de unos niveles satisfactorios de calidad de vida.

Entre las enfermedades detectadas con mayor frecuencia aparecen las que constituyen importantes factores de riesgo cardiovascular como la dislipemia o alteración de los niveles de lípidos, presente en un 38,82% de los casos; la obesidad, observada en un 22,04% de los pacientes y la hipertensión arterial que se aprecia en un 19,97%. La diabetes es otra de las principales enfermedades localizadas en aquellas personas que acuden a hacerse un chequeo, ya que alcanza el 6,87% de los evaluados.

Evaluación de síntomas

Otro objetivo fundamental de un chequeo consiste en evaluar los síntomas que refieren los propios pacientes cuando acuden al servicio. En estos casos, además de pruebas más genéricas, se les practican también otro tipo de exámenes específicos relacionados con los síntomas que refieren.

Se trata de manifestaciones que pueden indicar la presencia de determinadas enfermedades.

Entre las patologías diagnosticadas con mayor frecuencia debido a los síntomas figuran la hernia de hiato, detectada en un 7,35% de los pacientes, y la gastritis crónica, en un 9,42%. Patologías de mayor entidad como el abanico de enfermedades pulmonares obstructivas crónicas (EPOC) aparecen en un 4,79% de los casos analizados. Colelitiasis o cálculos biliares se apreciaron en un 4,47% de los pacientes y artrosis en un 15,02%.

Tumores en fases iniciales

Entre los diagnósticos más importantes obtenidos de un chequeo figura la detección de cáncer, hecho que ocurre en un 2,7% de los casos, según los resultados del estudio de la unidad de Chequeos de la Clínica. Se trata de tumores malignos que en el momento del examen médico no provocaban síntoma alguno. En este sentido, “otra de las ventajas de los chequeos es que todos los casos de cáncer detectados han sido diagnosticados de forma precoz, en fases iniciales, lo que permite abordar la enfermedad con elevadas posibilidades de supervivencia”, explicó el doctor Beloqui.

Otras patologías halladas gracias a estos exámenes integrales de salud son ansiedad, en un 6,87% de los casos; hipertrofia de próstata, en un 7,5%; diverticulosis de colon, en el 10%, y ateromatosis arterial, en un 3,67%.