Más de la mitad de las consultas sobre tumores de próstata las realizan las mujeres, hijas y hermanas de los afectados, de ahí que el Día Mundial de este tipo de cáncer, que se celebra este martes por primera vez en España, quiera poner el acento en ellas, sin quitar el protagonismo a los hombres.

"En todo el mundo millones de mujeres viven con cáncer de próstata" es el lema de la campaña puesta en marcha por "Cáncer de próstata España", la primera asociación de pacientes y familiares española, que nació a iniciativa del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (Gepac).

Desde que se creó la división y se puso en marcha la página web cancerprostata.org se han recibido más de 100.000 visitas y más del 50 por ciento han sido de mujeres.

La corbata (de color verde), un símbolo eminentemente masculino, es la imagen de la campaña, y desde la asociación se anima a todos los ciudadanos a usarla para concienciar a la sociedad sobre este tumor (el más frecuente en hombres), y del que cada año se diagnostican en España 20.000 nuevos casos, un 90 por ciento de ellos, potencialmente curables.

"Acompañamos a nuestros hombres cuando están enfermos y por ello hemos querido ponernos corbata", ha señalado la presidenta de Gepac, Begoña Barragán, durante la presentación de la campaña.

A pesar del buen pronóstico que tiene este tipo de tumores, los pacientes temen a dos de sus efectos adversos: la incontinencia urinaria y la impotencia, a los que muchas veces se enfrentan sin información.

Esta es una de las quejas que ha puesto hoy sobre el tapete Toribio López, de 72 años, quien tuvo que convivir con ambos problemas tres años después de haber sido sometido a una cirugía radical debido a lo avanzado del tumor.

"Te encuentras desorientado, no sabes qué hacer, nadie te informa", ha señalado este paciente, que sufre depresión desde entonces.

Y aunque ambos problemas tienen solución, López asegura que hasta tres años después de ser operado no empezó a ver la luz. "Te limita mucho tu calidad de vida y la de tu pareja", asegura. Hoy, gracias a un esfínter artificial ha solucionado su incontinencia urinaria y ha dejado de ser "un grifo abierto". También ha conseguido superar la disfunción eréctil. En este caso mediante inyecciones en el pene, ya que la famosa 'pastillita' azul no le funcionaba.

El doctor Carlos Hernández, jefe del servicio de urología del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, ha admitido que quizá falta información, lo que ha achacado a la masificación de los hospitales.

No obstante, ha asegurado que los profesionales son conscientes de la demanda de los pacientes y ha destacado que la probabilidad de efectos secundarios ha disminuido debido a los avances médicos.

Hernández, vicepresidente de la Asociación Española de Urología, ha explicado que la incontinencia severa solo se da en un 2 o 3 por ciento de los casos, después de que los pacientes sean sometidos a una cirugía. En la mayoría de las ocasiones, desaparece a los pocos días.

En cuanto a la impotencia, se produce en la medida en que el tumor está más avanzado y la cirugía es más radical.

En un 70 o 80 por ciento de los casos se puede mantener la potencia mediante técnicas quirúrgicas, ayudadas de fármacos.

Este urólogo ha querido incidir en la importancia de la elevada tasa de curación del cáncer de próstata siempre que se diagnostique de manera precoz.

En esos casos, la cirugía y la radioterapia son el tratamiento utilizado.En el otro 10 por ciento, es necesario utilizar quimioterapia y tratamientos hormonales.

La doctora Virginia Calvo, oncóloga del Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda, ha incidido en la necesidad de abordar los efectos secundarios derivados de los tratamientos "porque es muy importante dar vida, pero es más importante dar buena vida".

Aunque la incidencia del cáncer de próstata aumenta progresivamente a partir de los 50 años, el perfil del paciente en España ha cambiado. La mayor parte de los diagnósticos se realizan en la franja de edad entre 55 y 70 años.

Como no produce síntomas en sus fases iniciales, los profesionales recomiendan acudir al urólogo cuando se observe algún cambio o molestia en la micción y siempre que se tengan antecedentes familiares.