Los tatuajes son una aficción que gana espacio en la sociedad. Cada vez son más las personas que deciden hacerse uno para conmemorar una fecha especial, recordar a un ser querido o una persona especial o grabar sobre la propia piel un lema o frase inspiradora.

Pero, ¿qué pasa cuando deseamos olvidar ese momento, esas palabras o a esa persona? ¿Tiene vuelta atrás el tatuaje? Sí, y ésta es una época idónea para hacerlo, puesto que siempre es mejor hacerlo en una estación con bajas temperaturas, como el invierno, antes que someternos a un proceso así en primavera o verano, cuando el calor empieza a asomar.

Hay varias técnicas que permiten borrar ese ´tattoo´, aunque la que se ha impuesto es el láser. Es la más cómoda, aunque no sencilla. Otros métodos que se pueden emplear son la cirugía, la denominada electrocoagulación e incluso una calculada abrasión con sal. Examinemos en qué consiste el láser, la vía preferida por muchos.

Quienes se hayan sometido a sesiones de fotodepilación deben saber que los tratamientos con láser para borrar tatuajes son muy similares. Los ´disparos´ de láser, no obstante, se emiten a los puntos concretos del dibujo, procurando afectar lo menos posibles a las zonas contiguas de la piel. Una de las ventajas es que el tratamiento es menos agresivo, con lo que las cicatrices y marcas posteriores deben ser prácticamente invisibles.

Eso sí, se necesitan por lo general no menos de ocho o diez sesiones, con un espacio de dos o tres meses entre cada una de ellas, con lo que el proceso para eliminar un tatuaje se extiende bastante en el tiempo. Antes de aplicar el láser, el especialista suministrará al paciente una anestesia tópica y una crema antiobiótica.

Las épocas de frío son las más apropiadas para eliminar los tatuajes, puesto que así se evita que los rayos solares caigan sobre las zonas afectadas. Además, se recomienda que en caso de salir a la calle con la piel desprotegida en la parte en la que estaba el tatuaje se coloque sobre ella una gasa. Piernas y brazos tienen posibilidades de recuperarse más rápido que otras como la espalda, donde los pigmentos de la piel son menos resistentes.