La reanimación cardiopulmonar básica (RCB) salva muchas vidas. Es una técnica sencilla que es clave realizar de manera adecuada en los primeros minutos a la hora de atender a una persona que ha sufrido un ahogamiento y ha dejado de respirar, o en caso parada cardiorespiratoria.

Esta técnica consiste en "sustituir de manera eficaz las funciones de respiración y circulación de una persona mediante la ventilación (respiración boca-boca o boca- boca y nariz) y el masaje cardíaco respectivamente", explica la doctora Aida Hernández Blanco, pediatra especialista en cardiología infantil.

El objetivo es mantener con vida a la persona que ha sufrido una parada cardiorespiratoria hasta que llegue ayuda médica especializada y logren estabilizarlo y aplicarle los tratamientos adecuados en un hospital.

"A veces se puede dar de manera súbita como en adultos (a causa de un atragantamiento o muerte súbita por arritmias cardíacas) y en presencia de otras personas. Esas personas pueden salvarle la vida si están entrenadas para realizar una adecuada RCP básica", comenta la doctora.

¿Cómo se hace?

En primer lugar hay que examinar al paciente para comprobar si está consciente, si respira y si tiene pulso. El siguiente paso es colocarle acostado sobre su espalda, poner una mano en la frente y otra en el mentón, echando la cabeza hacia atrás y elevando el mentón para ayudar a que entre el aire.

Si no respira, hay que taparle la nariz, inspirar de forma profunda y aplicar los labios contra los del enfermo e insuflar dos respiraciones completas consecutivas. Al hacer esto el pecho debe elevarse. Hay que realizar 15 insuflaciones por minuto, hasta que la víctima haya recuperado la respiración espontánea.

En caso de que el paciente no tenga pulso, es necesario aplicarle el masaje cardiaco, que consiste en comprimir el tórax de forma que la sangre del corazón sea expulsada a los vasos sanguíneos.

Hay que hacer dos insuflaciones boca a boca primero, luego localizar el esternón -el hueso al cual están unidas las costillas-, colocar las manos una sobre otra en la mitad inferior de este hueso y extender los brazos verticalmente para transmitir el peso del cuerpo.

Realizar 30 presiones breves y a continuación 2 insuflaciones boca a boca. Cuando vuelva el pulso, dejar el masaje cardiaco y continuar con el boca a boca hasta que el enfermo empiece a respirar de forma normal.