Se estima que en España hay entre 120.000 y 150.000 pacientes que sufren la enfermedad de Parkinson y cada año se detectan unos 10.000 nuevos casos de esta enfermedad neurodegenerativa cuyo Día Mundial se celebra este sábado y cuyo diagnóstico, sin embargo, suele tardar entre uno y cinco años en confirmarse, según ha reconocido la Sociedad Española de Neurología (SEN).

El coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos de Movimiento de esta sociedad científica, José Matías Arbelo, ha reconocido que el diagnóstico temprano es "uno de los aspectos a mejorar" de esta enfermedad en España.

Según los últimos estudios publicados al respecto, en España se tarda una media de 1 a 5 años desde que aparece el primer síntoma hasta que se obtiene el diagnóstico y casi un 20 por ciento tiene que esperar más de 5 años.

Además, se ha estimado que un 25 por ciento de los pacientes clínicamente diagnosticados en vida "tienen en realidad otra enfermedad neuropatológica", ha asegurado este experto.

"El problema es que no disponemos de marcadores biológicos que confirmen la sospecha clínica y aunque las técnicas de neuroimagen funcional pueden servir de apoyo, a veces es complicado diferenciar la enfermedad de otras patologías que cursan con trastornos del movimiento o temblor", ha relatado.

Además, la SEN recuerda que el aumento de la incidencia de esta enfermedad está ligado a la edad, ya que el mayor número de casos se diagnostican cuando los pacientes tienen entre 60 y 70 años.

No es exclusivo de personas mayores

Sin embargo, no es una enfermedad exclusiva de las personas mayores: el 15 por ciento de los pacientes no superan los 45 años y se dan casos en los que la enfermedad se inicia en la infancia o en la adolescencia, es la forma conocida como Parkinson juvenil.

Sobre los síntomas para detectarla, cabe señalar que el inicio y la progresión de la enfermedad son graduales, y suele comenzar con una disminución de la destreza -sobre todo para realizar movimientos precisos como la escritura- o torpeza al caminar. Sin embargo, la forma más frecuente de presentación de la enfermedad es con el temblor de una extremidad en reposo.

Conforme la enfermedad progresa, estos síntomas se hacen generalizados y los pacientes cada vez tienen más dificultad para realizar movimientos --alrededor del 40 por ciento de los pacientes presenta complicaciones motoras al cabo de cinco años, un porcentaje que va aumentando en los años siguientes-- y pueden aparecer distintos síntomas no motores que pueden producir una gran incapacidad funcional.

"Cuando el primer síntoma de la enfermedad es el temblor, no suelen producirse retrasos en el diagnóstico, pero cuando el primer síntoma es la depresión, la rigidez, la situación cambia porque suele achacarse a otras causas. Y hay que tener en cuenta que entre en el 30-40% de los casos de enfermedad de Parkinson no hay temblor, y que, por ejemplo, en un 40% de los casos, la primera manifestación de la enfermedad puede ser una depresión", ha asegurado Arbelo.

Síntomas previos a las dificultades motoras

No obstante, un número importante de pacientes refieren diversos síntomas mucho antes de que aparezcan las manifestaciones motoras de la enfermedad.

Entre ellos destaca la reducción de la capacidad de percibir olores (hasta el 80% de los pacientes con enfermedad de Parkinson distingue mal los diversos olores, es lo que se conoce como hiposmia), trastornos de conducta durante la fase REM del sueño, la depresión o el estreñimiento, que es también considerado como un síntoma frecuente y puede presentarse hasta en la mitad de los pacientes en algún momento de la evolución del Párkinson.

"El retraso en el diagnostico hace que en muchos casos las terapias sintomáticas y neuroprotectoras se inician cuando ya existe una pérdida de neuronas dopaminérgicas en la sustancia negra, superior al 60 por ciento. En tales circunstancias la eficacia terapéutica es menor: es necesario mejorar los tiempos de diagnóstico", ha insistido este experto.