Aunque cada vez hay más personas que se protegen del sol a lo largo de todo el año es con la llegada del verano y la exposición masiva a los rayos de sol cuando los principales errores entre la población sobre la protección solar pueden tener repercusiones más graves sobre nuestra piel.

Los especialistas de la Asociación para el Autocuidado de la Salud (ANEFP) han preparado para los lectores de Infosalus un decálogo de los errores más frecuentes en la protección solar.

1. No utilizar protectores solares adecuados a nuestro fototipo de piel

Ante la exposición al sol, no solo es imprescindible utilizar fotoprotector, sino que éste tiene que ser el más adecuado a nuestro fototipo de piel, clasificados en función del color de piel, cabello y ojos. Podemos guiarnos por el siguiente cuadro:

-Fototipo I: piel blanca-lechosa con propensión a quemaduras intensas. No soporta más de 10 minutos de exposición al sol sin protección. Se aconseja un FPS de 50 o más.

-Fototipo II: piel clara que se quema con facilidad. Se recomienda un FPS de 50 o más.

-Fototipo III: piel de las razas caucásicas (europeas) que se quema con moderación. Se recomienda un FPS de entre 30 y 50.

-Fototipo IV: piel ligeramente oscura (razas mediterráneas). Se quema moderada o mínimamente. Se recomienda un FPS de entre 15 y 20.

-Fototipo V: piel típica de las personas amerindias e hispanas. Rara vez se quema. Se aconseja un FPS de 10.

-Fototipo VI: Piel de las personas de raza negra. No se quema y requieren una protección mínima.

2. No aplicar la crema protectora al menos media hora antes de la exposición al sol

Uno de los errores más frecuentes es aplicarnos el protector directamente en la playa o la piscina, minutos antes de comenzar nuestra exposición al sol. Lo correcto y adecuado es que la aplicación se realice media hora antes de esa exposición, garantizando así la mejor protección.

3. No volver a aplicar la crema protectora cada dos horas o después de cada baño, aun utilizando protectores resistentes al agua

Otro error frecuente es pensar que una sola aplicación del protector es suficiente para toda una jornada de exposición al sol. Este error puede costarnos alguna quemadura leve. Siempre es necesario aplicar la crema cada dos horas y también después de cada baño para asegurar la máxima protección para nuestra piel.

4. No utilizar protectores labiales para evitar quemaduras, deshidratación y sequedad

Es muy importante que la aplicación del protector se realice de forma adecuada en todo el cuerpo, no descuidando ninguna zona que esté en contacto con el sol. En este sentido, no podemos olvidarnos de los labios, una de las zonas más expuestas y sensibles al sol y durante más tiempo. Los protectores labiales son el producto adecuado para mantener esta zona hidratada y libre de sequedad y quemaduras leves.

5. No hidratar la piel después de tomar el sol

Tan importante es cuidar nuestra piel durante la exposición al sol como después. Por ello, no debemos olvidar nunca hidratar la piel tras una jornada de playa o piscina. También es recomendable beber líquidos para reponer posibles pérdidas de agua y sales minerales.

6. No utilizar crema protectora los días nublados

Otro de los errores más habituales es no aplicarse protector solar en días nublados. La protección debe aplicarse siempre, ya que entre el 80% y el 90% de los rayos ultravioletas siguen traspasando las nubes.

7. No utilizar protección solar cuando ya estamos bronceados

El hecho de estar bronceados no significa que nuestra piel no se siga exponiendo a los efectos nocivos del sol, por lo que siempre hay que aplicarse el protector solar, tanto si ya estamos bronceados como si no. La aplicación debe ser la misma siempre, cada dos horas y después de cada baño.

8. Reutilizar las cremas con protección solar de un año para otro, una vez sobrepasado el plazo después de apertura

Si vamos a aplicarnos protectores que ya hemos utilizado el verano anterior, debemos comprobar siempre que la fecha establecida para su uso sigue siendo válida. Hay que recordar que en el envase se indica la fecha a partir de la cual, una vez abierto el producto, éste pierde su utilidad. También es recomendable no utilizar aquellos fotoprotectores que han estado expuestos a condiciones ambientales no adecuadas, lo que puede haber afectado a la estabilidad del producto.

9. Utilizar una cantidad insuficiente de crema protectora

Mientras que es un error pensar que más cantidad de protector equivale a una mayor protección, sí es cierto que una cantidad insuficiente reduce la protección. La cantidad a aplicar debe ser siempre adecuada.

10. Aplicar el protector solar solo en rostro y extremidades, olvidando otras partes importantes como el cuello, parte posterior de las orejas y pies

Todas las partes del cuerpo expuestas al sol deben ser protegidas de forma homogénea, es decir, no debemos olvidar el cuello, o la parte posterior de las orejas o empeines, muchas veces las grandes olvidadas y muy propensas a sufrir pequeñas quemaduras. Tampoco debemos olvidar proteger posibles cicatrices recientes.