El nacimiento de un hijo prematuro suele afectar profundamente a los padres, por las dudas y preguntas que surgen en sus cabezas acerca del nuevo miembro de la familia.

Cada año nacen en el mundo aproximadamente 15 millones de bebés antes de cumplir las 37 semanas de gestación, lo que supone más de un caso por cada 10 nacimientos. Las tasas de supervivencia son muy diferentes los distintos países del mundo, aunque más de las tres cuartas partes de los bebés prematuros se desarrollan adecuadamente si reciben unos cuidados sencillos y eficaces.

Los padres deben estar concienciados e informados sobre el proceso por el que pasará su hijo hasta cumplir las semanas de gestación correspondientes. Desde la Federación Nacional de Asociaciones de Prematuros (FNAP), han recomendado seguir los siguientes consejos para que el bebé se desarrolle perfectamente, desde los primeros días en el hospital hasta la llegada a casa.

¿Qué le pasará a mi bebé?

- Un bebé prematuro puede sobrevivir a partir de las 23 o 24 semanas. En cualquier caso, el médico informará a los padres sobre el pronóstico del bebé. La supervivencia del prematuro se evalúa según el peso, la presencia de problemas graves y la edad gestacional, que determina el desarrollo de sus órganos.

- Poco a poco irá pareciéndose a un bebé nacido a término. Los bebés prematuros presentan un aspecto frágil e inmaduro que puede preocupar a los padres. Nada más lejos de la realidad: a medida que pase el tiempo el niño irá creciendo y aumentando su peso y su altura.

- La piel es más delicada de lo normal. La capa más externa de la piel de un bebé prematuro está poco desarrollada y carece de pilosidad, es decir, no tiene vello. En vez de eso, presenta el lanugo, una 'pelusa' que irá perdiendo poco a poco con algunos cuidados especiales en el baño y a través de masajes, controlando su temperatura y cuidando su ropa.

- No tiene los órganos desarrollados por completo. Esto puede desembocar en varios problemas de salud, principalmente cardíacos, neurológicos, infecciosos o respiratorios. De ahí que exista un equipo multidisciplinar a cargo del tratamiento del bebé.

- Son más vulnerables a los virus. Las infecciones respiratorias agudas (IRA) son las que más afectan a los pequeños, como la neumonía, la bronquiolitis o la gripe. La causada por el virus respiratorio sincitial es la principal y constituye la primera causa de infecciones de las vías respiratorias inferiores en menores de 2 años. Se debe extremar la prevención, y especialmente entre septiembre y abril, la época de mayor incidencia.

- Poco a poco irá cambiando su alimentación. En los primeros días, la nutrición del bebé consiste en agua y glucosa por vía intravenosa, debido a la inmadurez de los reflejos de succión y deglución. Unos días más tarde se irán añadiendo proteínas, grasas y vitaminas hasta que pueda consumir alimentos por vía digestiva, a través de sondas. Cuando desarrolle el mecanismo de succión, pasará a tomar leche materna, que además protege al bebé de las infecciones.

En el hospital

- Los profesionales resolverán tus dudas. Médicos y enfermeras pueden explicar todo lo que necesiten saber los padres sobre el comportamiento del niño y los tratamientos que necesita. De esta forma, los progenitores se sentirán más tranquilos y pueden transmitir esa seguridad al bebé.

- Conoce al equipo médico. En la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN) existe un equipo multidisciplinar que se encargará de todos los cuidados y tratamientos del bebé prematuro, además de informar a los padres acerca del pequeño.

Esto incluye obstetras, neonatólogos, pediatras, trabajadores sociales, asesores de lactancia materna, fisioterapeutas, cardiólogos, neurólogos, oftalmólogos, otorrinolaringólogos, nutricionistas, dietistas, nefrólogos, gastroenterólogos, endocrinólogos y hematólogos.

- Los cables y aparatos son para medir sus funciones vitales. Muchos padres se preocupan o se asustan al ver a sus hijos conectados a numerosos aparatos. Estas máquinas sirven para registrar toda la información necesaria sobre el estado del bebé, no causan ningún dolor y permiten a los profesionales disponer de todos los datos sobre su organismo.

- Los padres también participan en el tratamiento. Los niños prematuros tienen algunas necesidades específicas para las que necesitan a sus padres, como los cambios de postura para evitar las rigideces y facilitar su desarrollo motor, la creación de un ambiente tranquilo y para evitar las infecciones. Los padres deben lavarse las manos con jabón antes de tocar al bebé, utilizar mascarilla en el caso de estar enfermos y, en algunos casos, vestir una bata especial encima de la ropa.

- El contacto piel con piel es fundamental. De esta forma el bebé crece y se desarrolla correctamente. Esta técnica, también llamada 'método canguro', permite crear un fuerte vínculo entre padres e hijos, aunque dependerá del estado clínico del niño y de la valoración médica de los profesionales.

En casa

- El bebé podrá ir a casa cuando esté listo. Antes de ir a casa con sus padres, debe mantener su temperatura estable, carecer de apneas, alimentarse por succión, ya sea por pecho o por biberón, tener un peso entre los 1.800 y los 2.000 gramos y no necesitar oxígeno.

- La ropa del bebé y la ropa de cuna debe ser ligera. Las prendas deben ser amplias, cómodas y de algodón. No se aconsejan las prendas con cordones o lazos, ni abrigar en exceso a los niños, comprobando que no suden por la espalda o por el cuello. La ropa de cuna deberá ser lavada con jabón neutro sin añadir lejías ni aditivos.

- Un ambiente limpio y seguro. No se recomienda que reciba muchas visitas ni permitir que se fume en la habitación del bebé. Además, debe recibir luz natural, tener el dormitorio ventilado diariamente y mantener una temperatura agradable, en torno a los 20 grados centígrados, con cierto grado de humedad. La cuna carecerá de almohada y los barrotes tienen que mantener una distancia de menos de 6 centímetros, de forma que el bebé pueda dormir boca arriba y no haya peligro de caídas.

- Hay que informar a los hermanos. Los hermanos se interesarán por ver al nuevo bebé, por lo que es tarea de los padres explicarles qué características tiene su nuevo hermano y hacerles partícipe de su cuidado en la medida de lo posible.

- El bebé irá cambiando con el tiempo. La expresión corporal, los movimientos, la respiración, el llanto o los patrones de sueño irán variando a medida que pasen los días y los meses. Los padres no deben preocuparse si en un principio no comprenden las necesidades del bebé.

- Ambos padres, presentes en el baño. El baño se convierte en un momento de interacción y contacto directo entre padres e hijo, por lo que se recomienda que esten presentes ambos progenitores. Además, se debe realizar de forma tranquila en un lugar cómodo.

- Los bebés prematuros duermen entre 15 y 22 horas al día. Durante las primeras semanas en casa el niño dormirá mucho tiempo, así que se debe disponer de una habitación con un ambiente tranquilo, muy parecido al de la UCIN.

- También pueden llegar a llorar durante 6 horas al día. Los bebés intranquilos pueden llorar durante mucho tiempo y para calmarlos, los padres deben asegurarse de que no tienen hambre, no necesitan un cambio de pañal ni están enfermos. Para tranquilizarlos también se recomienda coger al pequeño para que vea a su madre o a su padre colocándolo en el pecho.

- Solo saldrá de casa cuando tenga la edad de un bebé nacido a término. Se deben evitar lugares con aglomeraciones y asegurarse de que las superficies y juguetes se mantengan limpios, para protegerle de las infecciones respiratorias. Tampoco se debe permitir que una persona con una enfermedad infectocontagiosa coja al bebé.