La leche es un alimento rico en nutrientes que aporta todo lo que necesita el organismo para rehidratarse y reponer energía, gracias a su alto contenido en carbohidratos, proteínas, fluidos y electrolitos. Estos días está de actualidad por las protestas de los ganaderos por los precios de este alimento, pero en los últimos años se ha desatado otra "cruzada" muy diferente por parte de muchas pseudociencias sobre lo perjudicial que puede resultar para la salud.

Un debate que en España tiene mucha relevancia al tratarse del quinto país de Europa que más leche consume, con unos 73 litros por habitante y año, y protagonizar el 12 por ciento del presupuesto que cada familia destina a llenar el carro de la compra.

Ante este debate, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha recopilado los falsos mitos asociados a este alimento y trata de desmontarlos con argumentos rigurosos.

MITOS SOBRE LA LECHE

1. Ningún otro animal la toma.

Considerada como la "madre de todos los argumentos anti-leche", se basa en que una vez terminada la lactancia ningún otro mamífero sigue tomándola. Sin embargo, esta entidad recuerda que el ser humano es un mamífero único en demasiados aspectos, ya que también tiene lenguaje, cultura, política, mercado, asociaciones de consumidores.

Del mismo modo, somos el único mamífero que puede conseguir leche de otros mamíferos, lo que hace que seamos los únicos que siguen tomándola.

2. Un adulto no puede digerirla.

Digerir mejor o peor la leche depende de si eres o no intolerante a la lactosa. En zonas donde la leche fue reducida o incluso eliminada de la dieta (la mayoría de África y Asia, por ejemplo), las adaptaciones genéticas han llevado a una mayor intolerancia a la lactosa (en el sudeste asiático, por ejemplo la práctica totalidad de la población).

La propia industria láctea, según la OCU, ha contribuido a la confusión, con todas las marcas comercializando una versión sin lactosa que se anuncia como "fácil de digerir" cuando, en realidad, en la letra pequeña se puede leer como "apta para intolerantes a la lactosa".

3. Provoca alergias.

Hay que distinguir entre una intolerancia y una alergia. La intolerancia al azúcar de la leche (lactosa) suele aparecer en edad adulta. En los países mediterráneos, el porcentaje oscila entre el 15 y 20 por ciento de la población. Los intolerantes pueden optar por tomar otros lácteos, sobre todo yogures, ya que contienen menos lactosa y sus fermentos producen enzimas que ayudan a la digestión.

La alergia a la proteína de la leche aparece en edades muy tempranas, afecta a menos del 3 por ciento de los bebés y en el 80 por ciento de los casos desaparece por sí sola cuando el niño crece. Si no lo hace, el único tratamiento es eliminar la leche de la dieta. Ni la intolerancia ni la alergia son fenómenos mayoritarios.

4. Es mala para el colesterol.

Aunque en el pasado se relacionó la grasa de la leche con un mayor riesgo cardiovascular (sobre todo por el aumento del colesterol), esto ya no está tan claro. Con respecto al colesterol presente en la leche, la OCU recuerda que los alimentos tienen una influencia testimonial en el colesterol sanguíneo.

De hecho, es preciso considerar los alimentos en su conjunto por lo que, a las grasas saturadas presentes en la leche, habría que sumar las grasas cardiosaludables que también presentes (ácido oleico, ácido linoleico conjugado, ácidos grasos de cadena corta) y los oligopéptidos, que parecen jugar un papel a la hora de reducir la tensión arterial.

Curiosidades sobre la leche

Por otro lado, y dentro de la campaña impulsada por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente para fomentar el consumo de leche, el Gobierno recuerda algunas curiosidades sobre los productos lácteos que quizá no sabías.

- Cada vaca produce anualmente una media de 8.000 litros de leche.

- La vaca fue el primer mamífero que se domesticó, hace ya unos 10.000 años. Le siguieron la oveja y la cabra, que representan el 11 por ciento de la producción total de leche en España y son fundamentales en la elaboración de productos lácteos como el queso.

- El derivado lácteo más consumido e España es el yogur, con unos 15 kilos por persona y año, seguido del queso (7,7 kilos) y de los postres lácteos (6,2 kilos).

- El origen del yogur se sitúa en Turquía, en los Balcanes, Bulgaria o Asia Central. Y se cree que su consumo es anterior al comienzo de la agricultura.

- En España hay hasta 26 quesos con Denominaciones de Origen Protegidas.