Durante años, la sociedad ha relacionado el consumo de sustancias tóxicas al mundo del espectáculo, también se ha asociado a núcleos de población tanto de muy bajo como muy alto nivel socioeconómico. Hoy en día, la realidad es otra muy diferente.

¿Qué es una adicción?

Para poder hablar de adicción desde un punto de vista médico, es necesario reunir una serie de criterios clínicos suficientes contemplados en nuestras guías internacionales de diagnóstico y tratamiento de los trastornos mentales (CIE-10 y DSM-V). Pero en definitiva, en un modo más práctico es una pérdida de la libertad... es una falta de capacidad de decisión y de autocontrol, es una necesidad imperiosa e invencible, es una conducta patológica, es un abandono de la propia voluntad del individuo.... Que irremediablemente de forma progresiva va generando una alteración significativa en la vida global del paciente.

¿A qué se puede ser adicto? ¿Van cambiando las adicciones con los tiempos?

Teóricamente se podría se podría ser adicto a cualquier cosa, la realidad es que las adicciones se van adaptando a los tiempos que corren. Pero hay sustancias o conductas que tienen un mayor grado de capacidad para generar adicción en nuestro cerebro en función de los mecanismos neuroquímicos que liberen.

Doctor, habla del cerebro como si fuera el lugar donde residiera únicamente la adicción.

Bueno, el cerebro actúa de centro de control a todos los niveles, es de donde salen y a dónde llegan todos los estímulos que tienen lugar en nuestro cuerpo, es una red de información complejísima, de la cual poco a poco vamos sabiendo algo más. El hambre, la sed, el apetito sexual, están mediados por lo que llamamos el " Sistema de recompensa", de forma natural y para nuestra propia supervivencia, este sistema se encarga de controlar los mecanismos de necesidad y saciedad de estas conductas tan básicas y diarias para nosotros. De aquí deriva el que trás una comida o una experiencia sexual que llegue al orgasmo, nos encontremos sin la necesidad a corto o medio plazo de volver a hacerlo. En este proceso juegan un papel fundamental algunos neurotransmisores como son la dopamina, la noradrenalina y la serotonina, que junto con otras estructuras neuroanatómicas forman un auténtico sistema que de forma increíblemente sorprendente gobierna nuestras necesidades fisiológicas.

¿El adicto nace o se hace?

No podemos olvidar que somos "una bola de ADN", nacemos siendo lo que somos, pero también nacemos siendo lo que seremos. Por supuesto los factores ambientales, sociales, culturales, familiares y el tipo de vida que cada persona decida o pueda llevar, van a jugar un factor muy determinante en nuestra forma de envejecer. Hoy en día hay muchos estudios científicos que avalan las múltiples diferencias que existen entre un cerebro de un paciente adicto con respecto al que no lo es. Hay un desequilibrio del sistema del que hablábamos antes, por el cual los mecanismos de saciedad están alterados. Esta situación, entre otras, hace más vulnerable a esa persona a desarrollar una adicción, pero es que además, una vez comenzado el consumo o la conducta patológica, se va a generar una desensibilización progresiva de este sistema, por la cual se entra en una especie de bucle que se retroalimenta. Es decir a mayor consumo mayor alteración del Sistema de Recompensa y por tanto mayor grado de adicción.

¿De qué depende que unas personas prefieran unas sustancias a otras?

La mayoría de los pacientes adictos, comenzaron a consumir alguna sustancia por ser la primera que le ofrecieron al inicio del consumo, pero la mayoría de ellos, acaban teniendo una sustancia de elección y esto también tiene un motivo neurobiológico en la mayoría de los casos. A grandes rasgos, diferenciamos sustancias estimulantes; como la cocaína, anfetaminas, speed...y sedantes o depresoras; como el alcohol, el THC(cannabis), benzodiacepinas...el perfil del paciente es el que determinará qué tipo de sustancia es la que le genera mayor placer al consumirla, es decir cuál activa con mayor fuerza el Sistema de Recompensa. Con mucha frecuencia, se dan consumos simultáneos o alternos de sustancias con acción contraria para contrarrestar o equilibrar los efectos de las mismas.

Se piensa que el alcohol es una sustancia activadora, por eso de que con unas cervezas uno se desinhibe

Si, eso es un error común. El alcohol es un gran depresor del Sistema Nervioso Central. La corteza de nuestro cerebro, tiene un efecto de "control o inhibición" de las funciones cerebrales superiores. El alcohol provoca una desactivación o depresión de la función de esta región cortical, de ahí que con el consumo leve-moderado, nos sintamos más alegres, comunicativos, menos vergonzosos y expansivos, pudiendo pasar con facilidad a un estado de irritabilidad, agresividad, desinhibición conductual importante si el consumo se incrementa y sobrecargamos la función del hígado, ingiriendo más cantidad de alcohol del que nuestro organismo es capaz de eliminar, permitiendo que la concentración en sangre aumente.