La desalineación circadiana o interrupción del 'reloj biológico', que se produce con frecuencia en los trabajadores por turnos por los ciclos de vigilia y sueño invertidos, explica el mayor riesgo de enfermedad cardiovascular en este colectivo. Una nueva investigación del Hospital Brigham y de Mujeres (BWH, por sus siglas en inglés) encontró que este desajuste genera un aumento de la presión arterial sistólica (PAS) y presión arterial diastólica (PAD) de 24 horas.

Además, la desalineación circadiana provoca atenuación del descenso de la presión arterial, por lo general asociados con el sueño; reducción de los niveles del sistema nervioso autónomo (que controla funciones corporales como la presión arterial) y aumento de marcadores inflamatorios. Se sabía que los trabajadores por turnos tienen más riesgo de hipertensión, inflamación y enfermedades cardiovasculares, pero no se conocía mucho sobre el impacto específico de la desalineación circadiana en el riesgo de patología cardiovascular en los seres humanos.

"Hemos sido capaces de determinar, en condiciones de laboratorio muy controladas, el impacto independiente de la desalineación circadiana en los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares, presión arterial y marcadores inflamatorios -afirma Frank A.J.L. Scheer, neurocientífico en la División de Trastornos del Sueño y circadianos en el BWH y autor principal del estudio-. Nuestros resultados proporcionan evidencia de desalineación circadiana como un mecanismo subyacente para explicar por qué el trabajo por turnos es un factor de riesgo para la presión arterial elevada, la hipertensión, la inflamación y la enfermedad cardiovascular".

Los autores midieron la presión arterial y los marcadores inflamatorios, que son altamente predictivos del riesgo de enfermedad cardiovascular, y la desalineación circadiana en comparación con la alineación circadiana en 14 sujetos sanos durante dos etapas de ocho días en el laboratorio del sueño de BWH. Una estancia incluía la desalineación circadiana y la otra una alineación circadiana sostenida y se tuvieron en cuenta otros factores contribuyentes, como factores de estrés, hábitos dietéticos, actividad física, así como familiares, financieros, genéticos, sociales y la salud.

Durante uno de los periodos de ocho días, los participantes mantuvieron patrones normales de sueño. Durante el otro tiempo de prueba, los sujetos llevaron un ciclo de sueño normal durante las primeras tres noches y luego se cambiaron durante 12 horas a un periodo de sueño de once de la mañana a siete de la tarde, como se explica en un artículo sobre la investigación publicado en 'Proceedings of the National Academy of Sciences'.

"El efecto de los desajustes circadianos en la función cardiovascular y los marcadores de inflamación puede ser diferente en las personas con hipertensión y en los trabajadores por turnos", afirma Christopher J. Morris, fisiólogo asociado en la División de Trastornos del Sueño y Circadianos en el BWH y primer autor del artículo. "Se necesita más investigación para investigar contraataques para los efectos cardiovasculares adversos de la desalineación circadiana, como la alimentación y ejercicio", agrega.