El verano, por lo general, es una época en la que se está más relajado, por lo que podría ser el momento para lograr el embarazo, pues se tiene menos estrés o fatiga propias del trabajo y los problemas del día a día, causas por las que no se consigue un resultado positivo.

Todo ello hace que la época estival se convierta en un momento apropiado, ya sea de forma natural o por reproducción asistida, tanto que la demanda de tratamientos de infertilidad aumenta un 12 por ciento durante los meses de verano, según las Clínicas Eva, especialistas en reproducción asistida.

Por ello, los expertos de EVA han elaborado una serie de pautas relacionadas con la alimentación y el deporte para ayudar a que aumenten las posibilidades de éxito entre quienes busquen tener un hijo.

1. Cuidar la alimentación. Se deben tomar frutas y verduras, ricas en antioxidantes, entre los que destacan el resveratrol y la vitamina C. También son necesarios los productos que contengan vitaminas D y E, presentes, por ejemplo, en frutos secos y pescado azul, aunque sin abusar de este último, debido a la elevada concentración de mercurio que poseen algunos pescados; para ellos son también recomendables, ya que mejoran la calidad seminal.

Igualmente, es importante el ácido fólico, y si este no se ingiere a través de los alimentos, como las espinacas, nueces u otros, deberá obtenerse mediante suplementos.

2. Practicar deporte de forma moderada, válido para ambos, pero sin realizarlo de forma extrema, pues de esta manera está relacionado con un mayor índice de infertilidad. Esto debe tenerse en cuenta cuando la mujer se está sometiendo a un tratamiento de fertilidad, puesto que más de 4 horas a la semana de ejercicio físico intenso se asocia a menores probabilidades de implantación.

Durante las fases iniciales de una fecundación in vitro, los expertos han subrayado que no hay ningún problema en practicar deporte, pero cuando los folículos empiezan a ser grandes se recomienda evitar deportes intensos y de impacto. Esto podría favorecer dolores y molestias abdominales y aunque de forma poco frecuente la rotura prematura de los mismos.

En el caso de los varones, el ejercicio aeróbico suave mejora la calidad seminal y disminuye el estrés oxidativo de los espermatozoides. Por ello, es recomendable en los tres meses previos a la fecundación 'in vitro', porque esto es lo que tardan en formarse los espermatozoides, según han aconsejado desde EVA.

3. La relajación es fundamental. La eliminación de la ansiedad repercute positivamente en la fertilidad, puesto que esta induce un retraso o incluso una inhibición de la hormona que desencadena la ovulación (LH). Además, produce un aumento de glucocorticoides, de adrenalina y noradrenalina que podrían disminuir la receptividad del útero a los embriones.

4. Realizarse un estudio básico de fertilidad. De esta manera, las mujeres en edad reproductiva conocerán el estado de sus óvulos. Con una "simple" ecografía transvaginal se mide la cantidad de óvulos que posee y se calcula en qué momento pueden comenzar a decrecer.