Las personas que controlan su propia presión arterial en el hogar son más propensas a ver un beneficio si lo combinan con apoyo intensivo personalizado individual, según una nueva revisión sistemática de la literatura y meta-análisis publicado esta semana en 'PLOS Medicine' por Richard McManus de la Universidad de Oxford, Reino Unido, y colegas.

Actualmente, se recomienda la monitorización de la presión arterial en el hogar para las personas con presión arterial alta, por lo que los profesionales de la salud pueden hacer los ajustes necesarios al tratamiento. Investigaciones anteriores han demostrado que la auto-vigilancia reduce la presión arterial clínica en una cantidad pequeña, pero estadísticamente significativa. Sin embargo, no está claro todavía cuál es la mejor manera de implementarla y para qué pacientes podría ser más útil.

En este nuevo estudio, los investigadores analizaron la literatura médica existente sobre ensayos aleatorios que incluyeron el autocontrol de la presión arterial en personas con presión arterial alta. A continuación, se emplearon datos de pacientes individuales de 25 estudios, con hasta 10.487 pacientes en total, para evaluar el efecto de la auto-monitorización de los niveles de presión arterial.

El apoyo de un profesional, importante

En general, la auto-vigilancia se relacionó con una medición clínica de la presión arterial sistólica que se redujo en 3,2 mmHg en comparación con la atención habitual a los 12 meses. Sin embargo, el efecto estuvo fuertemente influenciado por la intensidad del apoyo profesional.

Esto varió entre ningún efecto significativo sobre la presión arterial con auto-monitorización sola (reducción de 1,0 mmHg) a una reducción significativa de la presión arterial (reducción de 6,1 mmHg) cuando el monitoreo se combinó con apoyo adicional, como la formación, el asesoramiento sobre el estilo de vida o el ajuste de la medicación gestionada por el propio paciente.

El autocontrol se vinculó con mayores reducciones de la presión arterial en personas con menos fármacos antihipertensivos y con mayor presión arterial sistólica antes del autocontrol (hasta 170 mmHg). El autor principal, Richard McManus, de la Universidad de Oxford, subraya: "El autocontrol en el hogar tiene poco efecto en el control de la presión arterial a menos que esté combinado con un apoyo individualizado proporcionado por una enfermera, un médico o un farmacéutico".

"Esto puede conducir a importantes disminuciones en la presión arterial y un mejor control con el potencial de reducir el riesgo de desarrollar patologías asociadas que amenazan la vida", concluye este investigador.