La orina es muy importante para el correcto funcionamiento del cuerpo humano. Contiene las toxinas que debemos ir eliminando del organismo. Pero, ¿cómo sé que mi orina tiene el volumen y el color correctos?, ¿Cuántas veces debemos orinar al día?, ¿Cuándo debo acudir al especialista?

"Orinar es tan importante porque así el organismo mantiene el equilibrio, tanto de los líquidos como de las sustancias que ya no se deben incorporar a la circulación de la sangre", subraya en una entrevista la nefróloga del Hospital Universitario Infanta Leonor, Patricia De Sequera.

En concreto, la experta señala que se trata de un líquido, transparente con tonos amarillentos, que se produce en los riñones y se elimina por el aparato urinario. "Está compuesta fundamentalmente por agua y por sustancias disueltas en la misma que deben ser eliminadas por el organismo. Estas sustancias son, principalmente, la urea, la creatinina, y el ácido úrico procedentes del metabolismo, y otras como las sales minerales (fosfato, potasio, sodio, por ejemplo)", aclara.

La también miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Nefrología destaca que no hay una cantidad fija de orina diaria que deba expulsar una persona, sino que todo dependerá del balance de líquidos entre lo que utiliza el organismo, y de la cantidad de agua que se beba al día.

"Si una persona bebe mucho, orinará mucho. Si está enferma, con fiebre (por el aumento de la temperatura corporal), o vomita o tiene diarrea, hará menos pis porque gran cantidad de agua se habrá perdido ya, por la piel, con el sudor, o por el vómito o las deposiciones. Asimismo, si una persona hace deporte y suda, también disminuirá la cantidad de orina siempre que no reponga esos líquidos. De ahí la importancia de hidratarse correctamente ante estas situaciones", recalca la nefróloga.

Según indica, el riñón debe equilibrar la cantidad de líquido en el organismo, y se considera normal una cantidad de orina entre medio litro y unos 2 litros. "Por encima o por debajo de esas cantidades, si no se está enfermo y se ha ingerido una cantidad adecuada de líquido, se considerará el estudio de una posible patología", agrega.

El papel fundamental de los riñones

Pero, ¿cómo se fabrica la orina? La doctora De Sequera explica que son los riñones los encargados de fabricarla, mientras que el aparato urinario es el responsable de eliminarla del cuerpo. En concreto, cita que hay tres procesos que tienen lugar en el riñón, gracias a las nefronas, las unidades estructurales del mismo, formadas por glomérulo y túbulos, y que son en torno a 1 millón de nefronas por cada riñón.

Los tres procesos son: la filtración, la reabsorción, y la secreción.

.- Filtración: la sangre llega al 'glomérulo', una zona de la nefrona en la que se filtra la sangre y donde se separan los desechos que se van a expulsar y las sustancias que siguen siendo útiles para el organismo. Para explicarlo hace un símil con un colador que deja pasar las sustancias y el agua que no necesitamos (lo que será la orina), y por el contrario, retiene en la parte superior del colador aquello que necesita el organismo, como la sangre y las proteínas.

.- Reabsorción: sucede en los 'túbulos' de la nefrona; una vez filtrada la orina, hay sustancias que pasan de nuevo a la sangre porque siguen siendo muy útiles al organismo.

.- La secreción: ocurre con aquellas sustancias que han sido previamente filtradas y el cuerpo va a eliminar, todo lo que no se reabsorbe pasa a la orina y se expulsa.

Así, una vez fabricada, prosigue la nefróloga, es el aparato urinario el que se encarga de eliminar el pis. Por ello, del riñón, la orina pasa a la 'pelvis renal', y después al 'uréter', un tubo muy largo que comunica riñón con vejiga. Posteriormente, la vejiga guarda la orina para ser eliminada por otro tubo de tramo final, llamado 'uretra', más largo en los varones porque va por el pene, y más corto en las mujeres. La vejiga se hincha cuando está llena y se desinfla cuando está vacía, igual que un globo cuando se llena o se vacía de agua.

¿Cuántas veces hay que orinar al día?

En este contexto, la nefróloga el Hospital Infanta Leonor de Madrid resalta que el número de veces que debe miccionar una persona depende de cómo ésta se encuentre, de si tiene un buen estado de salud, de si realiza deporte, o de cuánto bebe. Reconoce un intervalo de normalidad entre un mínimo de tres o cuatro veces al día, y hasta un máximo de 7 u 8 veces.

Sobre cómo asegurarse de que la orina es sana, la especialista sostiene que ésta debe ser transparente y amarillenta, de una intensidad de color de muy clara a más oscura o concentrada, en función de la cantidad que se orine. Aquí destaca que no debe contener restos de sangre, ni arenilla, ni ser muy maloliente, ya que son situaciones patológicas.

No obstante, realiza la excepción y señala que hay alimentos que pueden modificarla, y no por eso ser un síntoma de que se esté enfermo o de que algo va mal. En concreto, cita a la remolacha, que puede teñir su color y hacer que el pis sea más oscuro, o por ejemplo a los espárragos, que impregnan su olor en ella , sin esto significar que algo va mal.

Por otro lado, la nefróloga advierte de que ciertas enfermedades del riñón y de la vía urinaria manifiestan síntomas en la orina, tanto en la coloración, como en el volumen, así como en la frecuencia, o en la aparición de dificultades para orinar.

El dolor en la micción, los escapes de orina, el quedarse insatisfecho y con más ganas de hacer pis después de orinar, o el hacerlo con mucha frecuencia son situaciones patológicas que deberían ser consultadas al médico de atención primaria, advierte igualmente la especialista.

Otra de las excepciones que recuerda la doctora es el embarazo, una situación fisiológica distinta en la que el organismo se adapta a tener en su circulación normal, otra más, la útero-placentaria. Aquí, según explica, el riñón trabaja al 130% ya desde el inicio del embarazo, debido a que aumenta el flujo de sangre que circula por el cuerpo de la embarazada. Asimismo, subraya, la frecuencia miccional cambia y es mayor conforme avanza la gestación, ya que el útero crece y comprime la vejiga.