Esta es una pregunta que está de actualidad en muchas conversaciones no solo en las consultas oftalmológicas, sino también en las conversaciones de la calle, por ello creo que debemos darle una respuesta lo más ajustada a la realidad posible.

Las exigencias de una sociedad consumista y preocupada por la estética a veces en demasía, hacen que busquemos el que todos seamos rubios, de ojos azules, y con las medidas de una modelo de pasarela, pero ese afán perfeccionista a veces nos lleva a adoptar riesgos que no son ni mucho menos necesarios.

Así ante la pregunta de si podemos cambiar el color de nuestros ojos, la respuesta con la tecnología actual es afirmativa, claro que se puede, pero eso no es lo que debemos preguntarnos, lo que tendríamos que preguntarnos es: ¿debemos cambiar el color de nuestros ojos? ¿existe algún riesgo que debamos conocer?

Lo primero que tenemos que saber es que no se trata de que podamos elegir el color de los ojos libremente, es decir, no podemos decidir tener unos ojos azules o verdes con el tono que queramos como si de una pintura se tratase, pues lo que el laser provoca es una despigmentación, es decir elimina la melanina del iris, lo cual no implica que podamos cambiar el color de los ojos a nuestra elección, sino que lo que conseguimos es eliminar el pigmento, es decir hacer los ojos claros, pero sin la posibilidad de elegir el color como muchos piensan.

Por otro lado, el efecto del laser consigue desprender el pigmento llamado melanina del iris, quedando dicho pigmento flotando libre dentro del ojo, pero al parecer no lo hace desaparecer, con lo cual este pigmento debe ser eliminado por estructuras que controlan la tensión dentro del globo ocular, pudiendo producir como una de sus complicaciones una elevación de la presión intraocular con el consiguiente riesgo para la visión, es lo que se conoce por glaucoma.

Además, la melanina tiene una finalidad muy concreta dentro del ojo, dado que es una sustancia que hace de filtro frente a la radiación ultravioleta, con lo cual si la eliminamos a una edad temprana no conocemos en su totalidad los riesgos que ello puede conllevar sobre otras estructuras del globo ocular como la retina. La cual se vería expuesta a una mayor cantidad de radiación ultravioleta, desconociendo las posibles repercusiones visuales que pudiera ocasionar a corto o largo plazo.

Evidentemente como todas las tecnologías, es un primer avance en algo no solo con efectos cosméticos, sino que posiblemente pudiera ser aplicado en situaciones medicas determinadas como heterocromías de iris, etcétera, pero desde luego que todavía le quedan pasos que dar para conseguir ser una tecnología viable y totalmente segura y sobre todo para tener un conocimiento exacto de sus posibles efectos a corto y largo plazo antes de aplicarse con absoluta seguridad para fines que pudiéramos considerar cosméticos.