Un calendario de vacunación común para toda España y que incluya las mismas enfermedades que los países de la Unión Europea, como la varicela y el neumococo, por ejemplo. Es lo que reivindica Montserrat Alonso Sardón, que es profesora y subdirectora del Departamento de Medicina Preventiva, Salud Pública y Microbiología Médica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Salamanca, que cerró la Semana Médica organizada por el Colegio de Médicos de Zamora.

¿Cuál es su punto de vista sobre el actual calendario de vacunas?

Mi punto de vista es el que recomienda la Asociación Española de Pediatría: faltan todavía muchas cosas y es necesario un calendario vacunal común en toda España. Solamente por trasladarnos de comunidad autónoma tenemos planteado un problema, y no es lógico que haya diferencias entre regiones y tampoco lo es que estemos dentro de la Unión Europea y tengamos algunas diferencias respecto a los países limítrofes.

No es lógico que ahora busque en Internet, en Portugal o en Andorra la vacuna de la varicela cuando todas esas formas de obtenerla son ilegales.

¿Qué vacunas son las que faltan en el calendario pero deberían estar incluidas?

Una de las vacunas más polémicas es la de la varicela, pero también hay otras como la del meningococo b, o del neumococo, que son algunas de las diferencias con Europa.

¿Por qué la vacuna de la varicela está establecida a los 12 años?

Porque la varicela ahora mismo no es una vacuna sistemática, la han establecido como una vacuna recomendada. Es decir, que dependiendo de prioridades, en este caso económicas, se aplica o no.

Como ahora mismo la situación económica no es nada favorable se ha decidido por este planteamiento.

No existe ningún argumento científico que avale el planteamiento del Ministerio, los 12 años.

Ahora mismo en España ha repuntado un poquito la varicela en todas las comunidades menos en una, en Navarra, que es donde se mantiene la vacuna (en Madrid se ha suprimido el 1 de enero).

¿La varicela si se pasa de pequeño no es peligrosa?

Tiene un 10% de problemas de importancia desde el punto de vista de secuelas. Es verdad que a mayor edad al contraer la varicela, más probabilidades hay de tener secuelas y mayor porcentaje de letalidad.

Pero lo que no tiene sentido, como dicen los pediatras, que se ponga la vacuna a los 12 años cuando a esa edad el 90% de los niños ya ha padecido la enfermedad.

Por lo tanto, si la vacuna es una estrategia preventiva, ¿qué sentido tiene ya a esa edad? Ahorrar dinero, si solamente se la ponemos a los que no han padecido la enfermedad, nos ahorramos un montón.

La del neumococo también podría evitar problemas potencialmente graves y no está entre las vacunas infantiles.

La Asociación Española de Pediatría recomienda que todos los niños deberían estar vacunados de neumococo en los primeros cinco años de vida, como hacen todos los países de Europa, menos España y Portugal. Eso es lo que recomiendan. Y lo hacen como vacunación sistemática. Sin embargo estamos en la misma situación que con la vacuna de la varicela.

¿Todo esto quiere decir que no nos debemos fiar de las autoridades?

No es eso, aunque desde el punto de vista de los profesionales sentimos cierta decepción por el hecho de que ahora mismo los calendarios vacunales son una de las estrategias preventivas más eficaces, efectivas y eficientes. A las autoridades sanitarias se les llena la boca hablando de la cobertura vacunal, pero España tenía una cobertura vacunal envidiable y es una pena que se esté produciendo esta situación.

¿Qué mensaje daría a los padres reacios a vacunar a sus hijos?

Yo recomiendo las vacunas como una estrategia preventiva. Se ha demostrado a lo largo de los años, desde que apareció de manera casual la primera vacuna, la de la viruela, que es una de las estrategias que más vidas ha salvado. Y de la forma más sencilla, con una eficiente relación coste beneficio, es una de las mejores. Es una estrategia sencilla y además de bajo coste.

¿Suelen tener riesgos?

Todas las cosas implican un riesgo. Pero lo que tenemos que hacer es poner en una balanza beneficios y riesgos. Evidentemente, hay unas contraindicaciones en las que no se debe vacunar. Pero para el resto han demostrado muchos más beneficios que perjuicios.