Aunque parezca sólo una pantalla grande, el televisor sigue evolucionando y ofreciendo prestaciones más y más sofisticadas con las que defiende su privilegiado lugar en el hogar.

Quienes quieran ir más allá del Full HD ahora pueden encontrar aparatos con resolución cuatro veces superior. El precio es alto, y los contenidos de momento hay que buscarlos en internet (ninguna cadena emite con esta calidad), pero Sony, LG y Samsung ya ofrecen aparatos de este tipo.

Por otra parte, la implantación de las smart TV -con internet, videoclub, aplicaciones y otros servicios on line- implica que en el interior de cada uno de estos televisores inteligentes esté alojado un procesador, que cada vez es más potente y que debe ser un elemento valorado por el usuario a la hora de comprar.

Samsung es la primera en introducir, en sus gamas altas, el Evolution Kit, un módulo externo que incluye el procesador y que puede cambiarse para actualizar el aparato. Pero la voluntad adaptativa también es estética.

Loewe tiene modelos como el Connect ID en el que se pueden personalizar cientos de detalles técnicos y de diseño: carcasas, peanas, muebles decorados, etcétera. La propuesta de Ikea con Uppleva va por ahí. Se trata de una smart TV (del fabricante chino TCL) con dos altavoces integrados, un subwoofer inalámbrico y equipo de vídeo/música (Blu-ray/DVD/CD).

Todo esto, integrable en diversos muebles, con un mando único y sistema de cables ocultos.